En nuestro día a día nos preocupamos mucho de nuestro estado corporal. Nos machacamos en el gimnasio en largas sesiones de aeróbicos o musculación para mantenernos sanos y en forma, pero hay algo de lo que nos olvidamos: la salud mental. Mantener la mente sana es tanto o más importante que el propio cuerpo y parece que lo tenemos bastante abandonado.
Es cierto que muchas veces hacemos ejercicios mentales, como por ejemplo sudokus, meditamos después de una sesión de yoga o cuando estamos aburridos nos dedicamos a practicar el mindfullness. Pero en ocasiones no es suficiente o no tenemos tiempo para ello. O entrenamos el cuerpo o entrenamos la mente, pocas veces tenemos tiempo para ambas cosas. Pero, ¿por qué no combinar las dos para conseguir un ejercicio completo que permita ejercitar cuerpo y mente? Así es como nace el Fitness mental, una disciplina que permite entrenar ambas cosas.
Aunque se nos olvide, el cerebro es en parte un músculo que necesita actividad para funcionar correctamente y lo adecuado sería estimular las distintas capacidades cognitivas que lo componen. Con la edad, esas funcionalidades se van deteriorando y puede llegar a afectar a cosas tan serias como la memoria. Por eso es importante mantenerse en forma y sano mentalmente desde ya.
La creadora del Fitness mental es Fer González, subdirectora del centro Arsenal Femenino de Madrid. En su programa, trata de estimular y ejercitar diferentes capacidades cognitivas existentes: memoria, lenguaje, atención, concentración, razonamiento, abstracción y orientación. Es un entrenamiento completo que además ayuda a mantener alejadas enfermedades como el Alzheimer, sube el estado de ánimo y ayuda a combatir el estrés que nos afecta en nuestro día a día.
¿Cómo es una sesión de Fitness mental?
Como hemos comentado, el Fitness mental combina ejercicios que entrenan la mente y el cuerpo. Se realiza en sesiones de 60 minutos divididas en seis bloques de 10 minutos cada uno. En cada uno de los bloques se trabaja una destreza distinta. Te la contamos paso a paso.
El primer bloque se centra en 10 minutos de trabajo aeróbico para trabajar la resistencia cardiovascular. Se puede hacer con máquinas como la bici o la elíptica o por medio de actividades coreografiadas como zumba, pero su duración no puede ser mayor al tiempo estipulado. Después, los siguientes 10 minutos consisten en la estimulación cognitiva por medio del uso de habilidades como el lenguaje, la memoria, la comunicación, la concentración y el cálculo.
El tercer bloque vuelve al ejercicio corporal pero esta vez se centra en el control y el equilibrio por medio de actividades como yoga, pilates o tai-chi, disciplinas que además ayudan a mejorar la posición del cuerpo para evitar dolores o lesiones. Después, se realizan otros 10 minutos de estimulación cognitiva. A los ejercicios mencionados anteriormente, se unen también actividades destinadas a estimular la intuición y la creatividad a través del uso de mandalas.
El quinto bloque trabaja la fuerza. ¿Cómo? Muy fácil, haciendo ejercicios con elementos como el balón medicinal, las mancuernas o gomas de distintas intensidades. Y llegamos a la última parte de la clase, que se divide en dos. En la primera parte, se realizan ejercicios como los mencionados anteriormente para estimular la mente y potenciar la capacidad de atención. Por ello, esta fase se centra en ejercicios con puzzles, rompecabezas y la interacción social con otras personas. Los últimos cinco minutos se utilizan para estirar los distintos músculos del cuerpo.
Como puedes ver, se trata de un programa muy completo que trabaja un poco todas las disciplinas y ayuda a mejorar tanto el bienestar físico como el mental. Ambas contribuyen a mejorar la calidad de vida.
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