Tanto correr como caminar son actividades válidas cuando se trata de quemar calorías y adelgazar. Aquí la clave está en saber cómo practicarlas y adaptarlas a tu estilo de vida. Como explican los expertos en un artículo de Women’s Health, lo que realmente marca la diferencia no es solo el tipo de ejercicio, sino tu nivel de condición física, tus hábitos diarios y tu capacidad para mantener el esfuerzo a largo plazo. Analizamos en detalle ambos tipos de ejercicios para que veas cómo sacarles el máximo partido. ¡Mira!
Los beneficios de correr, según los expertos
Según Alesha Courtney, entrenadora personal certificada, correr ayuda a quemar más calorías que caminar. De hecho, se estima que al correr 1,6 km, una persona gasta alrededor de 100 calorías. Eso sí, esta cifra puede variar según factores como el peso, la edad o el metabolismo. Como explica la entrenadora Kristen Hislop, “cuanto más pesas, más calorías consumes durante el ejercicio”.
Para no sufrir lesiones y conseguir mejores resultados, se aconseja correr entre tres y cuatro veces por semana, combinando la intensidad y el ritmo. No es cuestión de correr más rápido, sino de hacerlo con inteligencia y sin sobrepasar tus límites. Por su parte, Ash Wilking, entrenador certificado, recomienda prestar atención a tu frecuencia cardíaca para saber cuánto tiempo deberías correr y qué intensidad es la adecuada para ti.
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Caminar: una opción más suave pero con un gran poder
Caminar es una práctica que a simple vista puede ser subestimada por algunos, pero, si la realizas con determinación, puede ser tan efectiva como correr. De hecho, Ash Wilking subraya que caminar aumenta el ritmo cardíaco sin exigir demasiado al cuerpo, lo que permite hacerlo con mayor frecuencia y durante más tiempo. Una caminata rápida de entre 45 y 60 minutos, cinco o seis veces por semana, puede conseguir cambios significativos en tu figura con el tiempo. Además, es más fácil integrarla en la rutina diaria que un entrenamiento de carrera más exigente.
Para aumentar los efectos de caminar, puedes sumarle pendientes o subir el tiempo de recorrido. Por ejemplo, subir la inclinación de la cinta en el gimnasio también ayuda a quemar más calorías.