La expresión volverse loco/a por alguien cobra todo el sentido del mundo al conocer la explicación científica de lo que ocurre en nuestro cerebro cuando nos enamoramos de alguien. Sentimos cargarnos de golpe y porrazo la parte romántica del proceso, pero tal y como indica la ciencia, podemos decir que el amor no es más que un cóctel de sustancias que hacen reaccionar a nuestro cuerpo. Y es que el amor es como una droga, y no, no se trata de otra expresión: cuando nos enamoramos, nuestro cuerpo libera compuestos químicos y hormonas que pueden generar una sensación adictiva. Un estudio llevado a cabo por investigadores del Colegio de Medicina Albert Einstein reveló que, cuando una relación termina, al igual que cuando una persona es adicta a la droga, las consecuencias de la adicción son tan fuertes que puede derivar en conductas depresivas u obsesivas.
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Un cóctel explosivo de sustancias
Cuando nos enamoramos, nuestro cerebro libera dopamina, serotonina y oxitocina, tres hormonas que nos generan una sensación de bienestar, nos proporcionan energía y hacen que veamos la vida de color rosa. Cada una de estas hormonas influyen además en las distintas fases del amor (deseo, atracción, cariño...) y son las culpables de que sintamos "mariposas" en nuestro estómago, así lo explicó la investigadora Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers en su estudio.
Además de estas tres hormonas, el amor también hace que aumenten las dosis de adrenalina, estrógenos y testosterona, lo que explica, entre otras cosas, la sensación de nervios y "subidón" al ver a la persona de la estamos enamorados, y por supuesto, la atracción sexual hacia ella.
Y la cosa no se queda aquí: conforme nos vamos enamorando, el cerebro continua segregando otras sustancias químicas, como feromonas, feniletilamina, serotonina... Compuestos que actúan como lo harían las anfetaminas: estimulan os receptores de placer del cerebro y provocan síntomas como el aumento del ritmo cardíaco, la sudoración, la pérdida de apetito, la euforia... De ahí la expresión de que el amor es como una enfermedad, pues hasta tiene sus propios síntomas.
El olfato juega un papel muy importante
Más que de amor a primera vista, deberíamos hablar de olfato. Y es que el olor es altamente poderoso cuando nos referimos al amor. Cada persona tiene un aroma particular debido al equilibrio de las feromonas y es precisamente esta diferencia lo que produce la atracción. De hecho el olor se queda gravado en nuestro cerebro y provoca en nuestro cuerpo sensaciones como la atracción sexual. Seguramente te haya pasado eso de ir caminando por la calle, percibir el olor de tu pareja (en el perfume de alguien que pasa a tu lado, por ejemplo) y pensar automáticamente en él o en ella: nuestro cerebro nos recrea la imagen de esa persona especial y hace que nuestro corazón se acelere al pensar en ella. Curioso, ¿verdad?
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Los besos nos ayudan a desestresarnos
¿Te has preguntado alguna vez por qué sientes a veces unas ganas incontrolables de besar a tu pareja? Dejando a un lado el romanticismo, los besos son también un fenómeno científico. Una de las últimas investigaciones sobre fielmatología (así se denomina la rama que estudia los besos) ha revelado que el intercambio de saliva es fundamental para escoger a nuestra pareja ideal. Al besarnos con esa persona especial, las cantidades de cortisol (la hormona que nos genera nerviosismo) se reducen, haciendo que nuestro nivel de estrés también disminuya. y, de paso, aumente el apetito sexual.
Como ves, aquello de "tener química" cobra más sentido que nunca.
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