Al ir a la playa o a la piscina en esta temporada implica también pensar en los alimentos a consumir para pasar el día, y la ensalada de pasta es una elección muy común, principalmente por ser una solución práctica: su elaboración es sencilla, de buen sabor y no es costosa. Sin embargo, debemos ser cautelosos para evitar sorpresas desagradables.
El problema radica en que el clima cálido estival no es compatible con este plato frío, ya que las temperaturas elevadas propician la reproducción de bacterias potencialmente dañinas para nuestra salud. Tal es el caso del bacillus cereus, una de las más comunes en esta temporada.
Este microorganismo es frecuente en entornos naturales, por consiguiente, existe la posibilidad de que contamine alimentos como los fideos y los granos, especialmente si no se manejan con las precauciones adecuadas durante su preparación.
En circunstancias habituales, los niveles del bacillus cereus en los comestibles son reducidos, por lo que no representan un peligro significativo para la salud. Sin embargo, este patógeno tiene la capacidad de generar esporas, estructuras altamente resistentes que pueden sobrevivir en ambientes adversos, como las altas temperaturas de cocción, elevadas concentraciones salinas o las bajas temperaturas. Aunado a esto, producen toxinas, que son capaces de provocar afecciones en quien lo consuma.
Además, si consumimos una cantidad considerable de estos microorganismos, pueden proliferar en nuestro tracto digestivo, liberando sustancias dañinas que ocasionan malestar estomacal y diarrea. Esto podría derivar en complicaciones más serias, como el deterioro de la función hepática, lo cual es particularmente preocupante para aquellos con sistemas inmunitarios debilitados, personas de edad avanzada y niños.
Precauciones a considerar
Si no quieres renunciar a tu ensalada de pasta en la playa o piscina, hay que tener en cuenta algunas medidas por tu seguridad. Para empezar, debes de lavar los utensilios y manos correctamente antes de cocinar, antes de comer y después de estar en contacto con alimentos crudos. Además, es importante mantener los alimentos crudos alejados de los utensilios que ya lavaste para evitar que se contaminen accidentalmente.
Una vez llegue la hora de cocinar, asegúrate de cocer bien los alimentos, evitando que queden crudos para eliminar la gran mayoría de bacterias que podrían contener. Por último, recuerda conservar la comida adecuadamente refrigerada.
Si bien la cocción de los alimentos puede eliminar muchas bacterias, las esporas de estos microorganismos pueden sobrevivir al calor intenso. Por lo tanto, al exponer una ensalada de pasta a la intemperie en un día caluroso, incluso bajo la sombra, estos patógenos, si están presentes, se multiplicarán velozmente. Al igual que la mayoría de las bacterias nocivas, el bacillus cereus prospera en un rango térmico de 5 a 45 grados.
No obstante, cuando la temperatura desciende por debajo de los 10 grados, su reproducción se debilita y su desarrollo se vuelve más lento. Por esta razón, la estrategia más eficaz para mitigar los riesgos consiste en refrigerar el plato de pasta a temperaturas debajo de los 5 grados.
LETTER
En resumen, es posible disfrutar de esta preparación en la costa, pero es crucial tomar precauciones en cuanto al tiempo de exposición, el control térmico y la limpieza. Es recomendable reducir al mínimo el intervalo entre la elaboración y el consumo, y llevar un contenedor aislante con hielo para mantener los alimentos a baja temperatura.