Dentro de pocos días, en la madrugada del sábado 29 al domingo 30 de marzo de 2025, cuando el reloj marque las 2:00 a.m., tendremos que sumarle 60 minutos, pasando directamente a las 3:00 a.m. Esto significa que dormiremos una hora menos, una mala noticia para los más dormilones, pero con la ventaja (a corto plazo) de disfrutar de días más largos.
Pero, ¿por qué ajustamos nuestros relojes cada año? Y, lo más importante, ¿cómo podemos adaptarnos al horario de verano sin que afecte nuestra rutina ni altere nuestros planes? ¡Te contamos todo a continuación!
¿Por qué se cambia la hora año tras año?
Este acontecimiento no es una novedad de ahora. Se llevó a cabo por primera vez en 1916 y, tras algunas interrupciones, se restableció en 1976 con el objetivo de ahorrar energía aprovechando mejor la luz natural. Por ello, desde 2002, todos los países de la Unión Europea realizan este cambio de manera coordinada: el horario de verano siempre entra en vigor el último domingo de marzo, mientras que el horario de invierno comienza el último domingo de octubre.
LETTER
¿Cómo adaptarse al cambio de hora?
Este reajuste en la hora puede afectar de alguna forma al sueño y al bienestar general, pero hay formas de minimizar sus efectos:
- Trata de ajustar tu horario poco a poco, acostándote unos minutos antes en los días previos.
- Aprovecha la luz natural por la mañana para ayudar a tu cuerpo a adaptarse más rápido.
- Evita el café y las pantallas antes de dormir, ya que pueden perjudicarte en tu descanso.
- Fija una rutina relajante, como leer o meditar antes de acostarte.