Para evitar los resfriados y otras dolencias estacionales típicas de la estación otoñal y del invierno es fundamental conocer algunas estrategias. El frío debilita nuestras defensas y nos hace más vulnerables a los virus. Para tratar de evitar estas enfermedades podemos ayudar a proteger nuestra salud con hábitos saludables que mejoren nuestro bienestar.
Hoy te traemos cuatro prácticas para afrontar el frío en plena forma:
1. Toma alimentos con más fibra. El primer punto para evitar caer enferma es seguir una buena dieta. Para ello, añadir más fibra a tu alimentación es uno de los puntos más importantes. Aumentar el consumo de fibra puede fortalecer el sistema inmunológico al promover una microbiota intestinal saludable, lo cual es fundamental para una buena función inmunitaria. La fibra soluble actúa como prebiótico, alimentando a las bacterias beneficiosas en el intestino que ayudan a regular la inflamación y apoyan la respuesta inmunológica. Por otro lado, la fibra insoluble mejora la digestión y la regularidad intestinal, previniendo la acumulación de bacterias dañinas en el intestino. Los alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, granos enteros y legumbres, también aportan vitaminas y antioxidantes que refuerzan las defensas del cuerpo, ayudando a combatir infecciones de manera más efectiva.
2. Aporta a tu dieta alimentos fermentados para combatir la inflamación. Los alimentos como el yogur, el kéfir, el chucrut, el kimchi y el miso están llenos de probióticos, que son bacterias beneficiosas que apoyan la salud del microbioma intestinal. Un microbioma balanceado ayuda a mantener el sistema inmunológico en óptimo funcionamiento, ya que los probióticos estimulan la producción de anticuerpos y células inmunitarias, contribuyendo a una respuesta inmune más rápida y efectiva. Además, los probióticos de los alimentos fermentados también ayudan a reducir la inflamación en el cuerpo. Los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) que se producen cuando los probióticos fermentan la fibra en el intestino pueden disminuir la inflamación y proteger la barrera intestinal, evitando que sustancias proinflamatorias ingresen al torrente sanguíneo.
3. Limita el consumo de alcohol. El alcohol, especialmente en grandes cantidades, puede debilitar el sistema inmunológico al reducir la capacidad del cuerpo para combatir infecciones. Esto ocurre porque el consumo excesivo de alcohol afecta a las células inmunitarias de la sangre y el sistema digestivo, lo cual hace que sea más difícil para el cuerpo responder a bacterias y virus. Además, el alcohol puede desequilibrar el microbioma intestinal, esencial para el sistema inmunológico. Cuando las bacterias intestinales beneficiosas se ven afectadas, la barrera intestinal se debilita, lo que permite que sustancias inflamatorias entren en el sistema, aumentando la inflamación y reduciendo la respuesta inmunológica. Moderar el consumo de alcohol o evitarlo en la medida de lo posible ayuda a mantener el sistema inmunológico fuerte y a proteger al cuerpo de enfermedades.
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4. Consume productos frescos y naturales. Los alimentos frescos son ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes esenciales que ayudan a combatir la inflamación y protegen al cuerpo de infecciones. Vitaminas como la C y la A, encontradas en frutas cítricas, zanahorias y vegetales de hoja verde, son especialmente útiles para mantener el sistema inmunológico activo y resistente. Los alimentos ultraprocesados como los snacks empaquetados, refrescos azucarados, embutidos, y comidas rápidas, suelen tener altos niveles de azúcares añadidos, grasas saturadas y sodio, además de aditivos y conservantes químicos que, en exceso, pueden causar inflamación y debilitar las defensas del cuerpo.