La salud mental es un tema con numerosas aristas. La ansiedad y la depresión pueden aparecer por multitud de razones, pero una que pocas veces se tiene en cuenta es el hecho de tener que lidiar con una enfermedad que, sin ser mortal, afecta de manera significativa la calidad de vida. Este es el caso de muchas mujeres que padecen el Síndrome de ovario poliquístico (SOP).
Ahora un grupo de investigadores ha comprobado por medio de un estudio que las mujeres que padecen esta dolencia desarrollan con más frecuencia tendencias suicidas. No es fácil conectar ambos hechos, pero al parecer está relacionado con la incomprensión que rodea a esta enfermedad, de la que vamos a conocer algo más.
Síntomas del SOP
Esta enfermedad consiste en la aparición de numerosos quistes de pequeño tamaño en los ovarios, y se presenta únicamente en mujeres en edad reproductiva. Sus principales síntomas consisten en irregularidades en el ciclo menstrual, problemas de fertilidad, aumento de peso y otros como hirsutismo o acné.
En España este problema afecta a cerca del 6% de la población, y a día de hoy no se conocen sus causas. No obstante se considera que es una enfermedad infradiagnosticada, es decir, que hay un buen número de mujeres que la padecen sin ser conscientes de ello.
Aunque no hay certeza al respecto se cree que puede estar motivada por factores que van desde la genética hasta problemas hormonales o inflamatorios. De no detectarse en un estadio temprano, puede desembocar en complicaciones de mayor envergadura, como enfermedades cardíacas y endometriales o diabetes tipo 2.
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Lo que revela el estudio
El estudio que ha desvelado la relación de esta enfermedad con una mayor tendencia al suicidio se ha llevado a cabo con una muestra de 18000 mujeres. En sus conclusiones afirma que el motivo de la aparición de estos pensamientos es la falta de empatía por parte de la sociedad, lo que las hacía sentirse aisladas. En concreto el estudio expone que las mujeres que padecen SOP “tienen un mayor riesgo de afecciones psiquiátricas, como trastornos depresivos, trastornos de ansiedad, trastorno de personalidad y trastorno esquizoafectivo”
A raíz de este estudio se ha comenzado a tener en cuenta la salud mental como un factor más del tratamiento. Con ello se pretende poder abordar cualquier problema de este tipo antes de que llegue a extremos que puedan poner en peligro la vida de la paciente. El uso de la terapia cognitivo-conductual y de medicamentos antidepresivos son las herramientas con las que se intenta mantener bajo control la situación, empleándose una u otra, o una combinación de ambas, según la gravedad del caso.