La noticia del diagnóstico de cáncer de la princesa Kate Middleton, con solo 42 años, ha conmocionado al mundo. Este caso nos recuerda que esta enfermedad no discrimina por edad, y que las millennials, como ella, también están en riesgo.
El cáncer continúa siendo una de las principales causas de mortalidad a nivel global, a pesar de los múltiples esfuerzos que se llevan realizando desde hace años para combatirlo. Aunque el cáncer nunca ha sido una dolencia exclusiva de la edad adulta, sí que es cierto que se da con más frecuencia pasada la barrera de los 50. Sin embargo, hay un dato que resulta llamativo cuando se analizan las estadísticas, y es que la incidencia de esta enfermedad ha subido de forma alarmante entre la población más joven.
Un estudio reciente muestra que en las últimas tres décadas se ha producido un aumento de los tumores del 79% en personas menores de 50, un dato que resulta especialmente preocupante si además tenemos en cuenta que las razones de este incremento no se deben a factores hereditarios. En otras palabras, cada vez más gente joven es diagnosticada con algún tipo de cáncer, y en su mayoría el motivo subyacente está en el estilo de vida.
A qué se debe este fenómeno
La tendencia viene detectándose desde hace ya un tiempo, y continúa bajo estudio. Pero la teoría más plausible hasta ahora sostiene que la dieta tiene mucho que ver en este aumento de los casos entre la población más joven. Que los cánceres gastrointestinales sean los que mayor aumento han experimentado refuerza esta teoría, aunque desde luego, no se deja de lado que hay otros factores, como el tabaquismo o el consumo de alcohol que también tienen una importante incidencia.
En contraposición a este aumento de los casos de cáncer se observa un dato positivo, y es que la mortalidad se ha reducido. Esto nos lleva a pensar que la investigación y la detección temprana están dando resultado, algo que de alguna manera equilibra la balanza.
Trabajar en la prevención
Puesto que la conexión entre el aumento de la obesidad y el de los casos de cáncer resulta evidente a partir de las cifras, es especialmente importante trabajar en la prevención, algo que puede hacerse a partir de la adquisición de mejores hábitos alimentarios.
Pero también hay que poner énfasis en la importancia de someterse a revisiones con cierta periodicidad, puesto que la detección temprana de cualquier tipo de cáncer aumenta de forma exponencial las posibilidades de supervivencia.
La erradicación de conductas poco saludables, como el consumo excesivo de alcohol y tabaco o de azúcares y grasas saturadas en la dieta junto con la puesta en práctica de un estilo de vida con menos estrés y más actividad física ayudarán a reducir en gran medida las posibilidades de que puedan desarrollarse cánceres en etapas tempranas.
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