Hay una gran diferencia entre el concepto de vejez que se manejaba décadas atrás y el actual. Cuando no se tenía conciencia de la importancia de mantener hábitos saludables, era normal considerar que una persona había entrado en este periodo de la vida pasados los 60 años. Pero actualmente vemos como cada vez más hombres y mujeres llevan una vida activa y presentan un aspecto y vitalidad mucho más joven alcanzada esa edad.
Envejecer bien no consiste en vivir más años, ni en hacerlo con un estado de salud relativamente bueno. Hay estudios que afirman que la felicidad vuelve a sus máximos niveles cuando afrontamos la última etapa de la vida, y esto en gran medida tiene que ver con que muchas personas se preocupan de llegar a esta edad en plenitud tanto física como mental. De ahí que a esta tendencia se la ha llamado Well-aging.
La forma ideal de envejecer
El well-aging contempla una serie de hábitos y actitudes que contribuyen a que esto sea así. Por un lado centra sus esfuerzos en que nuestro cuerpo se mantenga en el mejor estado posible, para lo cual se pone énfasis en llevar una alimentación sana, realizar ejercicio físico y gestionar el estrés. Una dieta equilibrada, ejercicios de fuerza y meditación pueden ayudar notablemente a conseguirlo.
Por otro, no descuida la importancia del aspecto mental, ya que una vejez ideal no puede entenderse sin una mente lúcida. El involucrarse en tareas que nos exijan aprender nuevas habilidades, leer con frecuencia y vivir experiencias diferentes y novedosas que nos empujen a mantener el deseo de seguir disfrutando de la vida serían las indicaciones en este sentido.
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La importancia de las relaciones
Un último punto, no menos importante que los anteriores, es la importancia de las relaciones sociales. Por mucho que nos cuidemos físicamente y busquemos estimulación intelectual, necesitamos sentir que somos importantes para otras personas.
La soledad es uno de los grandes enemigos de una buena salud, por lo que el well-aging aboga por mantener vivas las relaciones sociales con familia, amigos y entorno para protegernos de grandes enemigos como la depresión, que están al acecho al llegar a estas edades.
En definitiva, se trata de cuidarnos en el plano físico, mental y emocional, para que esta etapa sea tan plena como cualquiera de las anteriores y podamos disfrutarla tanto tiempo como sea posible.