El cerebro es un órgano que, al igual que los músculos del cuerpo, necesita ser activado con frecuencia para que se mantenga en su mejor estado. No proponerle retos y permitir que no se enfrente a dificultades es el equivalente a llevar una vida sedentaria. Si tus músculos se atrofian cuando no los trabajas, el cerebro actúa del mismo modo. Y es que la sabia Naturaleza nos ha programado para mantener aquello que necesitamos y deshacernos de lo que nos sobra.
Por eso, de cara a que tu cerebro se mantenga joven y activo y en tus últimos años no tengas que lidiar con enfermedades como la demencia o el Alzheimer, lo ideal es darle tareas que, aunque no supongan un esfuerzo excesivo, sí requieran de su uso. Aprender es una de esas tareas, aunque no la única. Cuantas más formas empleemos para estimularlo, más activo y lúcido se mantendrá. Veamos algunas formas en las que podemos lograrlo.
Investiga temas que te apasionen
Cuando algo te apasiona no sientes que estés haciendo un esfuerzo. Absorbes información de manera natural y sin darte cuenta. Toda esa información nueva que te llega no deja de ser aprendizaje. Por lo tanto, mantienes activo tu cerebro sin la sensación de sacrificio, y cuanto más profundizas, más aprendes.
Escribe a mano información que quieras recordar
En la escuela hacías los resúmenes escribiendo a mano y te funcionaba. ¿Por qué no utilizar el mismo sistema para estimular la memoria? Si quieres recordar algo que es importante, toma un bolígrafo y apúntalo. El proceso de escribir a mano centra tu atención de forma mucho más intensa que el leer o ver información en una pantalla.
Lee o habla en voz alta
La información se fija mejor cuantos más sentidos se implican. Si además de escribir algo, lo lees posteriormente en voz alta, refuerzas aún más su recuerdo, ya que lo almacenas por vías diferentes. Además verbalizar cualquier idea y decirla en voz alta la hace más real ya que sale de tu cerebro y es recogida por tu oído. Es decir, deja de ser un pensamiento para convertirse en una sensación, una experiencia.
Haz uso de tu mano no dominante
El cerebro no tiene que realizar ningún esfuerzo especial cuando utilizas tu mano dominante para llevar a cabo cualquier tarea, porque las conexiones nerviosas implicadas están tan acostumbradas a ello que lo hacen de forma automática. Cuando esas mismas tareas se realizan con tu mano no dominante, necesita poner mucha más atención al no estar familiarizado con esos movimientos. Algo tan simple como lavarte los dientes con la mano contraria a la que habitualmente lo haces ya requiere que tu cerebro tenga que hacer trabajo extra.
LETTER
Establece conexiones mentales
La asociación es otra manera de mantener activo tu cerebro. Trata de vincular conocimientos que adquieras con sensaciones o recuerdos previos que ya experimentaste en el pasado. Te ayudará a hacer crecer tu red neuronal.