El próximo 21 de septiembre se celebra el día Mundial del Alzheimer. Esta enfermedad representa el 70% de los casos de demencia en España. En nuestro país hay 1.200.000 personas afectadas y dentro de esta epidemia del siglo XXI, las principales afectas son las mujeres.
Los datos
Según la Fundació Ace (Alzheimer Center Barcelona), la demencia tipo Alzheimer tiene una prevalencia del 7,1% en mujeres y un 3,3% en hombres de más de 55 años. Esto supone una incidencia del doble de riesgo de desarrollar este deterioro cognitivo de ellas frente a los hombres. Si consultamos el INE se confirma la tendencia. En 2020, 76.300 hombres fueron diagnosticados frente a 163.200 mujeres, incrementándose aun más la brecha entre las personas mayores de ochenta años. Según el Centro de Atención Especializada Oroitu, después de los 60 años, una de cada seis mujeres lo padecerá, frente a uno de cada once hombres.
Por ahora, lo único que podemos hacer para tratar de prevenir es tomar Vitamina D. Según el estudio de los investigadores de Instituto Hotchkiss del Cerebro, de la Universidad de Calgary en Canadá, junto a los investigadores de la Universidad de Exter, tomar esta vitamina se asociaría con un mayor tiempo sin sufrir demencia y con un 40% menos de diagnósticos frente un grupo no suplementado.
Por qué ellas tienen el doble de riesgo
Aunque no sabemos a ciencia cierta el origen de esta enfermedad, lo que sí vemos es que afecta más al sexo femenino. Uno de las posibles causas recae en la genética. La apoliproteína Ԑ4 (APOE) es el principal factor de riesgo para desarrollar Alzheimer. Esta proteína está presente en un 45% de los casos. Otros estudios, como el proyecto ADAPTED, de Fundació ACE, nos han permitido saber que el alelo APOE4 supone un mayor riesgo de desarrollo del Alzheimer en mujeres.
Además del factor genético, otros factores como los cambios hormonales sufridos durante la menopausia causan mayor riesgo de demencia y de enfermedad tiroidea. En segundo lugar, el uso de psicotrópicos, fármacos hormonales e inmunosupresores y opioides que son usados principalmente por mujeres causan una disrupción de la función cognitiva que favorece la incidencia de esta enfermedad.
El último factor sería la actividad intelectual. Ya conocemos que se recomienda mantener la actividad intelectual para intentar frenar los inicios de la enfermedad. Las mujeres que tienen actualmente unos 70 años son las que en su infancia en la posguerra no tuvieron acceso a la educación básica. Se cree que este hecho puede ser un factor agravante que, por otro lado, debería equilibrarse en las futuras generaciones.
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