El dolor de garganta, la tos y el goteo nasal vienen, generalmente, acompañados de odinofagia, la dificultad de tragar debida a la inflamación de la mucosa y los músculos esofágicos. Sabemos que estos síntomas pueden ser muy molestos, pero hay una buena noticia: puedes recuperarte con remedios caseros que no solo reducirán la inflamación, sino que ayudarán al mismo tiempo a tratar el resto de síntomas del resfriado.
1. Bebe mucha agua
No importa qué medicamento o remedio casero elijas, beber agua abundante es fundamental para tartar cualquier enfermedad, más aún cuando se trata de deshacerte de la mucosidad. El agua ayuda a trabajar a nuestro organismo en muchos de sus procesos, y uno de ellos es humedecer las membranas mucosas y que sean regadas por el flujo sanguíneo.
Los tés de hierbas son particularmente recomendables para eliminar la mucosidad, porque además de la inflamación de garganta, alivian otras dolencias como el dolor y la tos. La leche con miel es un remedio casero que, aunque es muy popular, no te recomendamos, ya que la leche puede estimular la formación de moco.
2. Miel: la estrella de los remedios caseros
La miel es un ingrediente todoterreno y un remedio estrella para los resfriados. Ya sea en un té o directamente de la cuchara, la miel se utiliza desde la antigüedad para curar y suavizar la garganta.
La miel de Manuka real, originaria de Nueva Zelanda, es particularmente efectiva para evitar la inflamación del esófago y la faringe, ya que contiene una gran cantidad de metilglioxal, un componente con efecto antibacteriano. En combinación con bebidas calientes, esta miel natural cumple funciones calmantes y relajantes.
3. Elimina la mucosidad con vinagre de manzana
El vinagre de manzana ha demostrado ser un remedio muy efectivo para eliminar la mucosidad, ya que londescompone y los gérmenes no tienen posibilidad de propagarse. Te sugerimos que prepares con él un enjuague: disuelve dos cucharadas de vinagre de manzana en una taza de agua tibia y haz gárgaras con la mezcla tres veces al día.
4. El anís y su función expectorante
Las semillas o bellotas de anís también han demostrado ser un potente antibacteriano. Esta planta medicinal lucha contra la mucosidad gracias a que cumple una función expectorante. Con ellas puedes preparar infisiones calmantes. ¿Cómo? Vierte una cucharada de semillas en 200 ml de agua y calientalo en una olla. Retíralo cuando empiece a hervir ¡y listo!
Te recomendamos: Anís estrellado 100% natural, por 7,16€ en Amazon.
5. ¿Sabías esto del tomillo?
El tomillo es muy utilizado en cocina como especia pero muy pocos conocen sus propiedades curativas. Esta hierba es muy útil para luchar contra los patógenos y también tiene propiedades expectorantes. Puedes preparar una infusión con esta planta mezclándolo con agua caliente o, incluso, incluyendo unas par de hojas de un té ya preparado. Te aconsejamos que si no te gusa su sabor, un tanto fuerte, añadas a la mezcla una cucharada de miel y zumo de limón.
6. Jengibre, otro de los ingredientes estrella
Añadiendo unas rodajas de jengibre fresco en una taza con agua caliente, te ayudara a acabar con la mucosidad y el dolor de garganta. Para prepara esta bebida, debes dejar hervir a fuego lento durante unos 5 minutos 20 ml de agua. Puedes añadir miel y limón para enriquecer el sabor (recuerda que cuanto más tiempo permanezca el jengibre en el agua, más intenso será el sabor).
Te rcomendamos: La raiz de jengibre tiene propiedades antiinflamatorias y depurativas, y, además, ayuda a tratar dolencias respiratrias, digestivas, la diabetes y la artrosis.
LETTER
¿Por qué nos resfriamos en otoño?
Aunque es muy común, puede parecernos raro coger un resfriado cuando todavía no hace suficiente frío. En la mayoría de los casos, se trata de una infección virica que, en caso de que el sistema inmunitario es atacado, puede derivar en infecciones bacterianas e inflamación en el área de la garganta. Los síntomas más comunes son inflamación y picor de garganta, tos y acumulación de mucosidad.
Por lo general, estos síntomas son de muy baja gravedad. Solo deberá acudir al médico cuando duren más de lo habitual o se trate de una expectoración purulenta o con sangre. También deberá consultar a un doctor si sufre dificultades respiratorias o fiabre alta.