Con solamente 23 años, Ally Berlin no pensaba que podría ser víctima de un accidente cerebro vascular. Tras sufrir el ACV, ella intentaba mantenerse positiva, a pesar de que no podía hablar y sus movimientos corporales no estaban bien coordinados. "No sabía si me quedaría así el resto de mi vida.", declaró la joven en una entrevista concedida a Harper’s Bazaar. Al darse cuenta de lo que le estaba sucediendo, Ally Berlin también sufrió un ataque de pánico, y cuando llegó a la sala de emergencias los médicos le diagnosticaron un simple ataque de pánico y la enviaron de nuevo a casa.
"Me fui a dormir esa noche con mi gato acostado sobre mi pecho sin saber si me iba a despertar al día siguiente." Por la mañana, Ally volvió al hospital y por fin pudieron diagnosticarla correctamente: había sufrido un accidente cerebro vascular.
La joven pasó por un largo periodo de convalecencia seguido de la recuperación junto a un fisioterapeuta. Gracias a su constancia con los ejercicios, Ally Berlin pudo volver a aprender de nuevo a caminar, pero lo que más le entristecía era haber perdido la habilidad de dibujar. "¿Sabes lo que más me duele? Haber estudiado arte y no poder dibujar.", ha explicado. Su terapeuta ocupacional le aconsejó que adoptara un nuevo estilo de pintura, pero le costó más de un año volver a intentar dibujar. "También me costaba mucho trabajo hacer cosas cotidianas como barajar las cartas, pintarme los labios, cerrar y abrir cosas cerradas con velcro, cortar cualquier cosa a la mitad... Son cosas más complicadas de lo que piensas.".
Fue entonces cuando comenzó con la terapia de recuperación del habla, y las primeras sesiones fueron emocionalmente muy dolorosas. Sin embargo, después de esta difícil etapa, Ally Berlin volvió a aprender a amar su cuerpo y lo convirtió en una fuerza. "Me ha costado mucho esfuerzo llegar hasta aquí, pero realmente no puedo quejarme". A lo largo de su recuperación, aprendió lo inteligente que es nuestro cuerpo, y comenzó a amarlo y cuidarlo con un estilo de vida muy saludable y en el que el deporte juega un papel fundamental. "La primera vez que pude bajar las escaleras y la primera vez que pude correr tras mi accidente, rompí a llorar".
Desde entonces, la joven se ha convertido en entrenadora personal y espera que su carrera inspire a un gran número de personas, especialmente mujeres. Les enseña a ser fuertes, a permanecer positivas y a no rendirse, porque ella es una prueba viviente de que nada es imposible. "Cuando trabajo y siento que no puedo seguir, pienso en estas cosas, y todo está bien [...] todavía no sé por qué tuve un derrame cerebral, pero sé que me hizo mucho más fuerte", dijo. "Ahora quiero inspirar a la gente, quiero mostrar a la gente lo fuertes que son", concluyó. ¡Es una excelente lección de valor!
LETTER
Y además:
Lady Gaga y otras celebrities que han ayudado a visibilizar sus enfermedades
14 hábitos saludables para ser más feliz