El dolor pélvico es una molestia que se produce en la parte inferior del abdomen. Es un tipo de dolor que padecen muchas mujeres, de forma puntual o incluso frecuente. De hecho, se considera crónico si permanece más de 3 a 6 meses. El problema es que puede confundirse con un cólico menstrual o producirse por la presencia de quistes ováricos, endometriosis, fibromas uterinos u otras afecciones importantes.
¿A qué se debe el dolor pélvico? ¿Cuáles son sus causas?
No hay una causa única, sino que puede ser consecuencia de un problema que afecta al aparato reproductor femenino o bien por problemas derivados del aparato digestivo, urinario o musculoesquelético. Es decir, el origen puede ser completamente diferente de una mujer a otra y, en ocasiones, difícil de determinar.
El dolor puede empezar de repente o producirse de forma gradual con el paso del tiempo. También puede que haya temporadas en las que sea más intenso, constante o intermitente. Incluso puede surgir en forma de cólico, similar al cólico menstrual. Además, no siempre duele al tocar en la zona.
¿Es difícil de identificar el origen del dolor pélvico?
Lamentablemente, no siempre es sencillo determinar su causa, porque no afecta por igual a todas las mujeres. Hay ocasiones en las que se relaciona con el ciclo menstrual o problemas ginecológicos, pero puede deberse a otros trastornos como los que afectan a otros órganos como la vejiga, la uretra, el recto, el apéndice, el suelo pélvico, la pared abdominal, los riñones o el intestino, entre otros.
Hay mujeres que, según la causa, pueden presentar secreción vaginal o sangrado. Además de sufrir fiebre, vómitos, mareos o náuseas constantes. Por ello, para poder determinar el origen del dolor, es importante ser consciente de los síntomas, para que el médico pueda tener una idea más clara de a qué podrían deberse.
Por ejemplo, las causas ginecológicas más comunes que pueden producir dolor pélvico en las mujeres son la endometriosis, la dismenorrea, los quistes ováricos o la enfermedad inflamatoria pélvica. Pero ojo, porque puede deberse a otros trastornos, ya sea en el tubo digestivo (como estreñimiento, gastroenteritis, síndrome del intestino irritable o cáncer de colon), urinarios (cálculos renales, cistitis…) o musculoesqueléticos (por ejemplo, fibromialgia), entre otros.
También hay una serie de factores psicológicos como el estrés, la ansiedad o la depresión que pueden contribuir a que la mujer tenga dolor, como en el caso del dolor pélvico. Por eso es importante hacer un examen lo más completo posible, para determinar con mayor precisión el origen del problema.
¿Cuándo alarmarse?
El dolor pélvico no siempre afecta de la misma forma a las mujeres. Hay síntomas que son preocupantes y que no debes obviar. Entre ellos, los siguientes:
- Pérdida repentina de la consciencia
- Bajada de la presión arterial
- Dolor grave y repentino
- Presencia de náuseas y vómitos
- Fiebre
- Escalofríos
- Sangrado vaginal
Lo ideal es no esperar a sufrir estos síntomas y acudir lo antes posible al médico, ante la presencia de dolor pélvico, independientemente de su grado. Así también estarás más tranquila, teniéndolo controlado desde el principio.
¿Cómo se trata el dolor pélvico?
Para poder tratarlo, es importante identificar la causa que lo produce. Por ejemplo, si tiene que ver con el ciclo menstrual, se puede tratar con anticonceptivos hormonales. También se pueden recetar analgésicos, como antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno.
En el caso de no responder bien a los AINE, se puede considerar el uso de otros analógicos. Mientras que si el dolor afecta también a los músculos se podrían considerar tratamientos de calor o fisioterapia. Lo ideal es seguir siempre el tratamiento designado por el equipo médico, según el tipo de dolor o causa específica que lo produce.
Para poder tratarlo, es importante identificar la causa que lo produce. Por ejemplo, si tiene que ver con el ciclo menstrual, se puede tratar con anticonceptivos hormonales. También se pueden recetar analgésicos, como antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno.
En el caso de no responder bien a los AINE, se puede considerar el uso de otros analógicos. Mientras que si el dolor afecta también a los músculos se podrían considerar tratamientos de calor o fisioterapia. Lo ideal es seguir siempre el tratamiento designado por el equipo médico, según el tipo de dolor o causa específica que lo produce.
En el caso de padecer dolor pélvico, es recomendable ir al médico a hacer una revisión. Todo ello independientemente de si se trata de un color constante u ocasional.
Por lo general, los cólicos menstruales leves son normales. Es algo que tienen muchas mujeres y que se pueden considerar como algo normal o habitual, pero no se deben confundir con el dolor pélvico, que puede deberse a otras causas.
Ante la presencia de dolor pélvico o de cualquiera de los síntomas mencionados, no dudes en acudir a tu médico de confianza.
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