Engordar suele estar relacionado con malos hábitos alimenticios y una vida sedentaria. Pero otras veces hay más factores en juego que están relacionados con otros problemas de salud o de tipo médico. Entre ellas, las que te mostramos a continuación.
Insomnio
La falta del número mínimo de horas de sueño (entre 7 y 8) es uno de los desencadenantes del aumento del cortisol, una hormona que promueve la acumulación de grasa corporal. Dormir siempre a la misma hora, no exponerse a pantallas antes de ir a dormir, evitar los estimulantes y hacer ejercicio físico para llegar cansado a la cama pueden ser formas de combatir el insomnio, y así, evitar ese aumento de peso relacionado con esta causa.
Hipotiroidismo
La glándula tiroides es la que regula lo activo que es el metabolismo. Cuando funciona a un ritmo inferior al normal se dice que padecemos hipotiroidismo, lo que induce con mayor facilidad a un aumento del peso corporal. Un aumento de la actividad física y el uso de medicamentos como la levotiroxina pueden ser la solución.
Edema
El edema o retención de líquidos es una de las razones más comunes de aumento de peso, que además va acompañado de una sensación de hinchazón en las extremidades. Suele derivarse de la existencia de enfermedades cardiacas, renales o hepáticas. Normalmente se recomienda reducir el consumo de sal y efectuar actividades que estimulen la circulación, pero deben tratarse sus causas.
Síndrome del ovario poliquístico
El síndrome del ovario poliquístico afecta a las mujeres que producen demasiadas andrógenos. Reglas irregulares, acné, quistes en los ovarios o aumento de peso debido a un problema de falta de sensibilidad a la insulina son algunos síntomas de esta enfermedad . El uso de píldoras anticonceptivas o el tratamiento con progestina suelen ser las opciones más frecuentes, pero es necesario combinarlo con una dieta baja en carbohidratos y actividad física para contrarrestar la resistencia a la insulina.
Depresión
La depresión puede inducir al aumento de peso por una variedad de causas. Por un lado, mayores niveles de cortisol, pero también porque en ese estado, las personas tienden a descuidar su alimentación y a tener una vida totalmente sedentaria. Además del tratamiento psicológico/psiquiátrico pertinente para tratar la causa raíz, el uso de antidepresivos suele mejorar el estado de ánimo, lo que ayudará a retomar buenos hábitos de vida.
Menopausia
Entre los 45 y 55 años las mujeres experimentan una reducción en la producción de estrógeno con motivo de la menopausia, lo que lleva a mayores niveles de grasa visceral y una sensación frecuente de cansancio. La terapia hormonal y una alimentación equilibrada, junto a actividad física frecuente puede neutralizar este aumento de peso.
Insuficiencia cardíaca congestiva
Si corazón no puede bombear sangre adecuadamente puede aparecer una insuficiencia cardiaca congestiva. Ante la falta del oxígeno y los nutrientes que los órganos del cuerpo requieren, se desarrollan una serie de síntomas entre los que se incluye el aumento de peso. Actividad física moderada, una dieta baja en sodio y el uso de diuréticos y otros medicamentos mejoran la situación.
Apnea del sueño
Aunque la apnea del sueño suele darse en personas que ya sufren de obesidad, la relación a la inversa también existe. La falta de sueño lleva a una mayor sensación de fatiga y a un mayor consumo de calorías. El uso de terapias de relajación y una correcta higiene del sueño, son formas de abordar el problema, aunque si persiste, será necesaria la intervención de un especialista.
Uso de esteroides
Algunas enfermedades inflamatorias y autoinmunes se combaten con el uso de esteroides, pero estas sustancias tienen un efecto significativo sobre el apetito. Así que un tratamiento que incluya esteroides es muy probable que te haga subir de peso porque tendrás hambre a todas horas. Si es el caso, consulta con tu médico para comprobar posibles tratamientos alternativos.
Diabetes
Cuando tu páncreas no produce suficiente insulina o tu cuerpo no hace un uso adecuado de ésta se dice que padeces diabetes. El problema es que el tratamiento con insulina suele tener como consecuencia el aumento de peso, por eso es importante ajustar con el médico un programa en el que el tratamiento con insulina esté perfectamente balanceado con una dieta y ejercicio físico.
Síndrome de Cushing
Si el cuerpo fabrica demasiado cortisol puede ser que esté motivado por el Síndrome de Cushing. Y un exceso de cortisol se traduce en aumento de peso. Para corregir este aumento habrá que incidir sobre la causa subyacente, por lo que no basta con dieta y ejercicio. Ciertos medicamentos pueden ser útiles para detener la producción excesiva de esta hormona.
Síndrome metabólico
Una combinación de factores genéticos y un estilo de vida sedentario puede dar lugar al síndrome metabólico, una enfermedad con la que se acumula grasa principalmente en la zona media y que puede conducir a otras alteraciones más graves .A través de una combinación de ejercicio físico y una cita con el médico para ajustar un tratamiento que mantenga bajo control factores como la presión arterial, o la glucosa en sangre se podrá revertir este aumento.
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Algunos medicamentos
Si estás subiendo de peso mientras sigues un tratamiento médico es posible que la causa sea el efecto que algunos de esos medicamentos tienen en tu organismo. Desde la retención de líquidos hasta alteraciones del ritmo metabólico, los medicamentos producen con frecuencia efectos indeseados. Lo adecuado en estos casos es consultar con el médico un ajuste de las dosis o algún cambio en el tratamiento.