Aunque es cierto que a simple vista puede parecer un estiramiento básico, debes saber que este ejercicio que os proponemos a continuación activa la musculatura profunda del core —sí, esa que no se ve, pero lo sostiene todo—, mejora el equilibrio, fortalece la espalda baja y ayuda a corregir la postura.
¿Qué es lo que más me llamó la atención de este ejercicio?
Lo fácil que es ponerlo en práctica es una de las cosas que más me gustó de este ejercicio: no necesitas equipo, ni espacio, ni ser un atleta. Solo tu cuerpo y unos minutos al día. Puede formar parte del calentamiento antes de un entrenamiento intenso, pero también funciona como pausa activa en medio del trabajo.
Después de siete días, no solo me sentí más estable y consciente de mi postura, sino que noté una notable disminución de las molestias en la zona lumbar.
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¿Cómo se practica este ejercicio?
Empieza a cuatro patas, con las manos debajo de los hombros y las rodillas alineadas con las caderas. Desde ahí, estira el brazo derecho y la pierna izquierda al mismo tiempo, manteniendo el abdomen firme y sin arquear la espalda. Mantén la posición durante 10 a 20 segundos, respira y cambia de lado. Tal y como explica David Marchante en su perfil de Instagram @powerexplosive, lo ideal sería comenzar con alrededor de 8 a 10 repeticiones por lado e ir aumentando gradualmente según tu nivel de condición física.