Fumar quema calorías. Fumarse un paquete consume tanta energía como nadar 20 minutos o caminar activamente durante 30 minutos, es decir, unas 250 Kcal. El tabaco aumenta el metabolismo básico (consumo energético del cuerpo en reposo) y favorece la movilización de las reservas adiposas.
Esto corta el apetito. Aumentando la tasa de azúcar en sangre, la nicotina reduce el hambre. Por otro lado, fumar conlleva una pérdida progresiva del gusto y del olfato: menos tentado, ¡se come menos!
Es un ansiolítico. Fumar calma, desestresa. Por una parte, la nicotina aumenta la tasa de serótina, hormona del bienestar, en el organismo. Por otra parte, el gesto y el ritual de llevar un cigarrillo en la boca relaja y tranquiliza.
Efectos que son, sin embargo, poca cosa si se comparan con las consecuencias nefastas del tabaco: cáncer, piel de mal aspecto, mal aliento, feos lunares y dientes amarillos, ¡citando sólo algunos!
> ¿Dejarlo = engordar? ¡No siempre!
Cuando se deja de fumar:
1) El organismo encuentra su metabolismo natural: a mismo gasto físico, quema menos calorías.
2) Vuelven el gusto y el olfato, luego también el apetito.
3) La nicotina ya no ejerce su efecto quita-hambre y su acción anti estrés.
4) El fumador pierde sus ritos gestuales.
Como consecuencia, mientras se gasta menos, se tiene mucha más hambre y se necesita tranquilizar el nerviosismo. Se consumen así alimentos que aumentan, como hace la nicotina, la tasa de serótina (chocolate, azúcar), y se busca ocupar la boca y las manos.
Luego, en principio, se engorda. Las cifras hablan por sí solas: las mujeres que dejan el tabaco cogen, de media, 2,8 Kg y los hombres, 3,8 Kg. Así, la ganancia media de peso es de 2 a 4 Kg. No obstante, no todas las personas que dejan los pitillos engordan: un tercio de los ex fumadores ¡no cogen ni un gramo! Y además, finalmente, ¿qué representan 1 o 2 Kg frente a las numerosas ventajas que se ganan dejando de fumar (como la belleza, la salud, la forma, el bolsillo...)?
> Dejarlo sin engordar: algunos consejos
Déjate ayudar. Dejar de fumar sin engordar será tanto más fácil cuanto menos mono de nicotina tengas, la desintoxicación de nicotina se asemeja al hambre. Pide consejo a un médico y no dudes en recurrir a una de las ayudas médicamente válidas (especialmente sustitutivos de la nicotina en forma de chicles, parches...).
Elige el momento adecuado. Es decir, aquél en el que te sientes suficientemente motivada, en forma, positiva y disponible. Sobre todo no en un momento difícil tipo estrés en el trabajo, mudanza, separación...
Prepara el terreno. Fuera los ceniceros, los mecheros y todo lo que puede tentarte. Fuera también los alimentos de picoteo (galletitas dulces y saladas, caramelos, chocolate...). Prepara un estuche con pastillas de menta, un kit cepillo/crema de dientes, una botellita de agua y manzanas.
Haz 3 comidas completas al día + 2 tentempiés. Para evitar el hambre, tienes que comer a intervalos regulares.
Comienza el día con un verdadero desayuno (bebida, producto lácteo, fruta fresca entera, 2 rebanadas de pan entero con un poco de mantequilla).
Durante la mañana y por la tarde, prevé una bebida no azucarada, un alimento rico en proteínas (jamón york, palitos de cangrejo, producto lácteo 0%) y una fruta o una verdura para mordisquear, más una rebanada de pan entero si tienes un hambre canina.
Para la comida, son preferibles las fórmulas rápidas: pescado/verduras/féculas sin salsa, un producto lácteo y fruta.
Cena ligera: pescado o carne a la parrilla, verduras, un poco de pan, más un producto lácteo y fruta.
Consume féculas. Ricas en fibras y en glúcidos cuya energía se difunde lentamente en el organismo. Aseguran una saciedad inmediata y duradera, quitan el hambre pero también impiden que te entre la modorra. Opta preferentemente por los productos completos (pan, pastas, arroz, quinua, trigo...), más ricos en fibras, vitaminas y minerales.
Bebe. Mucho y regularmente: para engañar el hambre y eliminar las toxinas. Lo ideal: bebidas calientes que se beben a sorbitos con necesidad de edulcorante y con aroma (vainilla, limón, frutas rojas...).
Instaura nuevos ritos. Zanahorias mojadas en queso blanco para el aperitivo; una pastilla de chocolate negro amargo con el café; un lavado de dientes después de cada comida; un chicle sin azúcar con cada deseo compulsivo...
Muévete. Cuando dejas de fumar, el deporte presenta un doble interés. Por un lado, permite quemar las calorías que antes quemaba el cigarrillo. Por otro lado, sirve para canalizar el estrés, complacerse y reconciliarse con el cuerpo.
Más información en dejar-de-fumar.org.es
Consulta también:
La importancia del agua
Las calorías del alcohol
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