La vitamina D es de vital importancia para mantener un buen estado de salud. Sin embargo, y teniendo en cuenta que mayoritariamente se sintetiza a través de la piel por medio de la exposición al sol, el cambio al horario de invierno puede hacer que existan mayores dificultades para cumplir con los requerimientos mínimos del cuerpo. La falta de luz solar, con días más cortos, puede llevar a que nuestro organismo no consiga el suficiente aporte.
Para conocer más sobre la vitamina D y cómo podemos garantizarnos que obtenemos la necesaria hemos recurrido a las declaraciones de una endocrinóloga, María Cortés , que que es jefa asociada de la unidad de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ruber Juan Bravo de Madrid. Presta atención si quieres evitar los problemas que se derivan de la carencia de esta vitamina.
Consecuencias de la carencia de vitamina D
La falta de vitamina D tiene impacto, principalmente, en los huesos. Para que estos crezcan fuertes es necesario que obtengan la cantidad adecuada de esta vitamina. De no hacerlo, pueden aparecer problemas de osteomalacia en adultos y raquitismo en niños. Pero, según indica esta endocrinóloga, su carencia no solo afecta el tejido óseo, hay otras enfermedades que tienen una estrecha relación con una insuficiente cantidad de Vitamina D.
Entre estas pueden mencionarse la diabetes mellitus, síndrome metabólico, algunas enfermedades infecciosas, otras de tipo cardiovascular, e incluso ciertos tipos de cáncer. Como puede comprobarse, todo un conjunto de dolencias que comprometen seriamente la salud general, de ahí que haya que asegurarse de que en las estaciones de Otoño e Invierno, el acceso a la vitamina D no se reduzca de forma significativa.
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Qué puedes hacer para prevenirla
La prevención es fundamental para no alcanzar un estado de déficit de vitamina D. Y en este sentido las recomendaciones no van tanto hacia una suplementación -que solo es útil para paliar problemas óseos – sino más bien hacia buenas prácticas de alimentación y estilo de vida.
Lo que recomienda esta experta es salir a pasear al sol por periodos de tiempo más largos y consumir una dieta adecuada. Incluir alimentos como salmón, sardinas, caballa, atún, champiñones o yemas de huevo es de gran utilidad. E igualmente, consumir otros enriquecidos con vitamina D, como leche o mantequilla, también ayuda a cumplir con los requerimientos del organismo.
Así que ya sabes. Cuida tu alimentación y asegúrate de que tienes exposición al sol durante unos 30 minutos al día. Con estas sencillas consignas lograrás que tu salud no se vea afectada por la falta de esta vitamina tan importante.