Las frutas son una fuente esencial de antioxidantes, vitaminas y minerales, además de ser parte fundamental de una dieta equilibrada. Los siguientes consejos que te ofrecemos son clave para disfrutar de la fruta de manera segura.
Limpieza: Un paso importante
Antes de consumir cualquier alimento, es crucial asegurarse de que esté limpio. En el caso de las frutas, pueden contener plaguicidas o restos de microorganismos que podrían perjudicar la salud. Un buen hábito es lavar bien las frutas.
Para una desinfección más profunda, puedes sumergirlas en una solución de una gota de lejía por cada tres litros de agua, dejarlas sumergidas durante unos minutos y luego enjuagarlas con abundante agua. Este sencillo paso ayudarte a eliminar impurezas.
¿Con piel o sin piel?
Una de las preguntas más comunes es si es mejor comerlas con piel o sin piel. La piel de muchas frutas, como las manzanas o las peras, contiene una alta concentración elementos que benefician la salud.
La piel de la manzana, por ejemplo, es rica en quercetina, un antioxidante que ayuda a combatir la inflamación. Sin embargo, si prefieres pelar la fruta, procura eliminar la menor cantidad de pulpa posible, ya que esta también es rica en nutrientes. Si decides comer la fruta sin piel, asegúrate de lavarla antes de pelarla para evitar que cualquier contaminante entre en contacto con el interior.
No todas las frutas sientan mal
Algunas personas piensan que ciertas frutas pueden causar problemas digestivos. Sin embargo, los expertos en nutrición señalan que las frutas no suelen ser la causa directa de estos problemas. Si tienes molestias después de consumir alguna fruta, es posible que se trate de una alergia o que un trastorno digestivo.
En lugar de eliminar completamente las frutas de tu dieta, lo mejor es consultar a tu médico o a nutricionista, quienes pueden identificar el problema y guiarte en cómo seguir disfrutando de las frutas sin poner en riesgo tu bienestar.
Algunas frutas comunes y su información nutricional
Incluir una variedad de frutas en tu alimentación habitual te ayuda a obtener diferentes nutrientes esenciales. Una banana mediana, por ejemplo, contiene aproximadamente 27 gramos de carbohidratos, 3 gramos de fibra y 105 calorías. Es igualmente una excelente fuente de potasio, lo que la convierte en un alimento ideal para mantener la función muscular y el balance de electrolitos.
Por su parte, una naranja de tamaño mediano proporciona aproximadamente 70 mg de vitamina C, lo que cubre el 78% de la ingesta diaria recomendada por expertos. Además, contiene antioxidantes y fibra que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y a mejorar la salud digestiva.
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La manzana es otra fruta que comúnmente consumimos. Una manzana mediana aporta alrededor de 25 gramos de carbohidratos, 4 gramos de fibra y 95 calorías. También es rica en quercetina y vitamina C, contribuyendo a un menor riesgo de enfermedades crónicas y a una mejor salud cardiovascular.
Desde su limpieza adecuada hasta decidir si comerlas con o sin piel, cada paso cuenta para aprovechar al máximo sus beneficios. Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud, para disfrutar de la fruta mientras cuidas de tu bienestar.
