Boticaria García ha logrado una notable popularidad gracias no solo a lo interesantes que resultan los temas que aborda sino a su desparpajo y naturalidad al tratarlos. La salud es un asunto que a todo el mundo le preocupa en mayor o menor medida, pero cuando además de recibir consejos valiosos la persona que se encarga de darlos lo hace de forma entretenida y fresca, el público recibe mucho mejor el mensaje.
En una de sus últimas publicaciones de Instagram, la farmacéutica nos habla de higiene, bacterias, y otras cuestiones que pueden afectar el estado de salud de tus seres más queridos. Y lo hace revelándonos una realidad de la que pocas personas son conscientes. Los estropajos son uno de los lugares donde más gérmenes se acumulan, lo que puede llevar a que termines contaminando platos, vasos y utensilios de cocina en general.
La suciedad no es el único problema
En un simpático diálogo consigo misma en el que Boticaria, con su habitual estilo desenfadado, interpreta dos papeles diferentes, la experta nos revela que diversos estudios han localizado que los lugares en los que más suciedad y bacterias se acumulan son la cocina y el baño. Y dentro de la cocina, el estropajo es el lugar que más presencia de gérmenes registra.
Pero es que además de la presencia de estos organismos, hay un problema adicional con los estropajos. Este problema consiste en que al tratarse de superficies porosas, se retiene la humedad en ellas, creando un caldo de cultivo idóneo para que las bacterias se desarrollen y multipliquen. Otros lugares delicados, como puede ser la taza del váter, aunque acumulan también grandes cantidades de gérmenes, pueden limpiarse más fácilmente al tratarse de superficies lisas.
¿Cómo solucionarlo?
Boticaria García afirma que a mayor calidad de los estropajos que se empleen, este problema se reduce, pero que no puede eliminarse totalmente. Ni lavarlos con lejía ni hervirlos son soluciones útiles bajo su criterio. Bajo su punto de vista, por seguridad alimentaria, los más recomendable es sustituirlos cada cierto tiempo.
¿Cuanto? Pues el plazo que Boticaria asigna como vida útil a los estropajos es de dos semanas, abogando por reemplazarlos pasado ese tiempo para minimizar la posibilidad de que las bacterias y gérmenes que se acumulan en su superficie, terminen trasladándose a los elementos con los que tienen contacto.
Aunque nadie pone en tela de juicio el criterio de la experta en temas de salud, una solución tan radical sí que ha despertado cierto recelo entre sus seguidores. Por un lado hay quienes opinan que una decisión así aumentaría de manera exponencial los residuos, un efecto secundario que no hay que pasar por alto. Pero también hay quienes muestran sus objeciones debido al hecho de que el post se ha realizado en colaboración con una conocida cadena de supermercados, cuyos estropajos, “casualmente”, aparecen en el vídeo de Boticaria.
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