Quedan 176 días para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Una cifra que parece lejana para el común de los mortales pero que seguro Mireia Belmonte tiene muy presente. Recuperada casi al completo de la lesión del hombro que le impidió ir al Mundial de 2015, ahora afronta con ganas e ilusión su participación en la gran cita mundial del deporte. Cinco récords del mundo y dos medallas de Plata en Londres 2012 avalan su meteórica carrera, pero aquellos que la conocen bien saben que todavía tiene mucho que dar al deporte español.
Precisamente, la que mejor conoce a la deportista es, cómo no, su propia madre, Paqui García. Ambas han estado en Madrid presentado la campaña "Gracias, Mamá", de Procter & Gamble, que supone todo un homenaje a aquellas madres que luchan por el sueño de sus hijos. "No podría estar aquí hoy viviendo mi sueño de competir en los Juegos Olímpicos si no fuera por ella", afirma la deportista.
Este año, a diferencia de lo que sucedió en 2012, Paqui García podrá vivir al completo la experiencia de los Juegos junto a su hija, y podrá presenciar las competiciones en las que Mireia intentará conseguir las medallas en los diferentes estilos de natación. Y ojo, porque pueden ser unas cuantas. "Iré al mayor número de pruebas posible. Voy a intentarlo todo", afirma ilusionada Mireia. "Cuando tomé la decisión de no ir al Mundial pude empezar la recuperación antes y me motivé más y ahora tengo muchas ganas de Río, mi hombro está casi perfecto", reconoce.
"Le costó mucho tomar esa decisión y yo lo sufrí con ella. Como madre decidí apoyarla hiciera lo que hiciera", cuenta Paqui García. Y es que ella, que reconoce que ha llorado más de alegría que de tristeza en la carrera de su hija, tiene claro que su papel es apoyar a Mireia en todo momento, pase lo que pase, aunque sea en forma de un simple abrazo. "En Río no sé si hablaremos mucho, pero un abrazo nos daremos como sea", cuenta Paqui. Y es que detrás de esta gran deportista siempre ha habido una gran madre.
Hasta que pasen los 176 días que quedan para Río, queda mucho que entrenar y que decidir. Por ejemplo, puede que ella sea la abanderada de España en los próximos juegos: "Es el orgullo de un deportista. Para mí sería muy especial ser abanderada de nuestro país", dice ilusionada. Aunque sabe, eso sí, que aún queda mucho trabajo por delante. "No paramos, el programa está siendo duro pero es lo que hay que hacer y estoy disfrutando mucho de todo este camino hacia Río", concluye la deportista. Y entre prueba y prueba, un abrazo de su madre. Qué haríamos sin ellos...
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