Tanto el cuerpo como las circunstancias vitales varían entre las mujeres, por lo que cada menopausia es única. Algunas atraviesan esta etapa sin apenas notar cambios, mientras que otras experimentan síntomas severos debido a la pérdida de estrógenos. Existe un amplio espectro de situaciones y experiencias, con molestias que pueden ser mayores o menores, y para las cuales se pueden encontrar diversos tratamientos. Entre las opciones existe un alimento utilizado por las japonesas durante esta fase de la vida: las isoflavonas, que son los componentes más activos de la soja.
La doctora Clotilde Vázquez, autora del libro Con hormonas y a lo loco (Ed. Vergara) y además jefa de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz, señala que durante muchos años se han empleado en la menopausia productos que contienen varios fitoestrógenos. Estos son compuestos de origen vegetal se hallan en hortalizas, cereales y legumbres, pero su presencia es más destacada en la soja.
Es un alimento que ha sido parte fundamental de la dieta en países asiáticos desde hace mucho tiempo y se ha vuelto muy popular en Occidente en las últimas dos décadas, atribuyéndosele una variedad de beneficios considerados milagrosos. Tienen una acción biológica estrogénica leve, atribuida a su similitud con los estrógenos naturales.
Nos referimos no a la salsa de soja servida en restaurantes para acompañar el sushi, sino a bebidas vegetales, suplementos o productos como el tofu, que están muy de moda en estos días. Al pensar en estos productos, inmediatamente asociamos la idea de salud, aunque en realidad no estemos seguros de si esta reputación es o no justificada.
Aparte de asociar la soja con la idea de promover la salud, también solemos vincularla con la mitigación de los síntomas de la menopausia. La doctora Vázquez explica que hace un tiempo, a alguien se le ocurrió relacionar el consumo de soja con la menor frecuencia de sofocos durante la menopausia en las mujeres asiáticas en comparación con las mujeres occidentales, quienes experimentan este síntoma de manera más predominante.
Por lo tanto, esta persona investigó los componentes de la soja y sus efectos. Los fitoestrógenos, especialmente las isoflavonas como sus componentes más activos, presentan una acción estrogénica leve y se ha demostrado que también tienen efectos beneficiosos en los lípidos, las lipoproteínas y la función vascular. Según la experta, los estudios también sugieren un efecto protector contra el cáncer de mama.
Las isoflavanas y sus beneficios
Las isoflavonas constituyen fitoquímicos presentes en la soja y en otros alimentos de origen vegetal. Pertenecen a una categoría de compuestos denominada fitoestrógenos, los cuales tienen una estructura similar a las hormonas sexuales humanas, especialmente al estrógeno. Las tres isoflavonas principales que se encuentran en la soja son la gliciteína, la genisteína y la daidzeína.
Debido a su capacidad para unirse a los receptores de estrógeno, estas isoflavonas pueden ejercer acciones en el organismo tanto estrogénicas como antiestrogénicas. A pesar de ser considerablemente más débiles que el estrógeno natural que producimos, su estructura similar les permite interactuar con estos receptores. La investigación sugiere que esta acción podría contribuir a mitigar ciertos síntomas de la menopausia, como la sequedad vaginal y los sofocos.
En la actualidad, hay productos excelentes que contienen isoflavonas derivadas de diversos alimentos vegetales, y no únicamente de la soja. Se ha evolucionado desde la soja para emplear las isoflavonas provenientes de las partes subterráneas de la Cimifuga racemosa, a las cuales se les han agregado, elaborados con extracto citoplasmático de ciertos pólenes en fechas relativamente recientes.
En el caso específico de la soja, los procesos suelen utilizarse para obtener los extractos de isoflavonas de la planta. Estos extractos pueden manifestarse de varias formas, como líquidos y polvos que se agregan en bebidas y alimentos, o cápsulas con etiqueta de suplementos, con concentración de isoflavonas de soja.
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¿Se debe de acudir a este producto necesariamente?
Cabe resaltar que, aunque algunos estudios indican posibles ventajas para aliviar los síntomas de la menopausia, aún se están investigando la seguridad y eficacia a largo plazo de la suplementación con extractos de isoflavonas de soja. No pueden ser adecuados para todas las personas. Antes de iniciar cualquier suplemento, especialmente durante la menopausia, se aconseja buscar la orientación personalizada de un profesional de la salud.
No es necesario considerar que al entrar en la perimenopausia debemos comenzar a contemplar la opción de tomar estos suplementos. Si experimentamos numerosos síntomas y malestar, es probable que nuestro médico ginecólogo o endocrinólogo nos recomiende el tratamiento hormonal de sustitución (THS).
"Muchas mujeres que optan por no seguir este tratamiento, o aquellas para las que no está recomendado, pueden aprovecharse de excelentes productos de fitoestrógenos. No obstante, es crucial buscar asesoramiento sobre el tipo de producto, la cantidad de componente activo que contiene y su combinación con otros posibles elementos, como vitaminas, ácidos grasos esenciales o melatonina, para seleccionar el más apropiado", concluye la especialista.