La búsqueda de la juventud se ha convertido en el nuevo Santo Grial. Todo el mundo quiere verse mejor, pero también sentirse mejor. Aunque la dieta y el ejercicio son factores que tienen impacto en nuestra apariencia y que pueden ayudarnos a sentirnos mejor, un estudio incide ahora sobre otro factor que potencia esa percepción: el sueño.
Hay una estrecha relación entre sentirse más joven y tener una mejor salud cerebral. Algunos estudios anteriores habían incidido en esta percepción de la edad y habían encontrado que quienes se sienten más jóvenes tienen mayor volumen de materia gris en el cerebro. Ahora un equipo de investigadores suecos ha querido comprobar si hay una relación entre la cantidad y calidad de las horas de sueño experimentadas con la percepción de mayor juventud.
Relación entre el sueño y la edad subjetiva
Los investigadores a cargo del estudio, que se ha publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences afirman que "Si bien la literatura anterior ha demostrado que sentirse mayor se asocia con una peor calidad del sueño, nuestros datos indican que el sueño puede ser más importante para la edad subjetiva que al revés". En otras palabras, si duermes bien te sentirás más joven. Y si te sientes más joven, la salud de tu cerebro y tu bienestar general serán mayores.
A esta conclusión se llega después de conducir dos estudios diferentes. En el primero de ellos se preguntaba a una muestra de personas por el número de días que habían dormido poco o mal y a su vez por su edad subjetiva, es decir, de qué edad se sentían con independencia de su edad biológica real. En el segundo se les sometía a restricciones de sueño, para posteriormente, plantearles una pregunta similar.
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Las conclusiones del estudio
En el primer estudio se observó que quienes afirmaban no haber tenido falta de sueño se sentían de media casi 6 años más jóvenes de su edad real, mientras los que habían experimentado un sueño de mala calidad se sentían en promedio más o menos de la que tenían. En el segundo, se observó que cuando a estas personas se les sometía a menos horas de sueño se sentían casi 4 años y medio mayores en relación a cuando no habían tenido restricciones en su descanso.
La conclusión principal es que sentirse alerta o somnoliento afecta a la percepción de la propia edad. En el primer caso, de tener 4 años menos de la edad real, en el segundo, de tener 6 años más. O sea, que dormir bien o mal puede hacer que la vitalidad y energía que sientes en tu organismo te haga sentir hasta 10 años de diferencia.