La forma en la que comienzas el día puede marcar una gran diferencia en tu vida. Resulta complicado ser feliz si cada mañana te levantas malhumorada, sin ilusión o sin propósito. Por eso es tan importante adoptar ciertas rutinas que nos permitan tener una visión positiva. Te invitamos a que pruebes a poner en práctica estos tres consejos y verás como tu ánimo mejora de forma significativa.
Dedica un tiempo a cuidar de ti misma
Puede que creas que tu jornada es demasiado apretada y que no dispones de tiempo para ello, pero incluso si es así, te invitamos a levantarte un poco antes e intentarlo. En lugar de ir con el tiempo justo y comenzar el día estresada, merece la pena que adelantes el despertador una hora para tomarte las cosas con calma y cuidar de ti.
Salir a hacer deporte, desayunar con calma disfrutando del aroma del café, ponerte guapa...Todos estos son puntos que suman para lograr un mejor estado de ánimo. Si además tienes niños también puedes levantarlos un poco antes para compartir con ellos unos minutos más. Las prisas y un estilo de vida acelerado son poco compatibles con la felicidad. Por el contrario, consolidar hábitos de vida saludable y pasar tiempo con los que quieres te permitirá disfrutar más de cada día.
Concéntrate en el ahora
Nos pasamos la vida recordando lo que nos sucedió ayer y preocupándonos por lo que sucederá mañana. La realidad es que aunque puedes aprender del pasado y no es malo planificar el futuro, tu única realidad es el ahora, de ahí que sea tan importante el aprender a apreciarlo. ¿Cómo conseguirlo? Pues a través de la meditación y el mindfulness. Estas prácticas te permitirán mantener el control de tus pensamientos. Gracias a ello podrás bloquear más fácilmente todo aquello que sea causa de infelicidad y a su vez saborear al máximo los buenos momentos.
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Practica el altruismo
Resulta curioso que nos pasemos la vida pensando en lograr la propia felicidad cuando está comprobado que en la mayoría de casos, esta llega a través de la generosidad hacia otros. El ayudar a otras personas sin esperar nada a cambio te hará sentir mejor contigo misma. No se trata de arreglar el mundo. Basta con practicar actos de amabilidad hacia terceros que hagan su vida un poco más agradable. Dar conversación a una persona mayor, ayudar a alguien con dificultades de movilidad a cruzar la calle… Sentir que eres una buena persona elimina muchas de las causas de infelicidad que proceden de juzgarnos con excesiva dureza. Cuando salgas de casa por las mañanas, presta atención a lo que te rodea. Seguro que puedes encontrar alguna manera de hacer mejor el día de otros.