Dormir en cama distinta a la de tu pareja podría parecer una mala idea para muchos, especialmente los que están enamorados. De hecho, la idea de dormir "separado" de tu novio o novia suele vincularse con la noción de que algo anda mal en la relación. No obstante, esta percepción está comenzando a evolucionar, y cada vez más parejas optan por descansar cada quien en su cama.
A esta situación se le conoce como sleep divorce (divorcio de dormitorio), y de acuerdo con diversas investigaciones y expertos, es una tendencia cada vez más común entre las parejas que buscan mejorar su calidad de sueño. Compartir la cama por la noche es una costumbre casi automática, pero optar por descansar en camas separadas tiene más ventajas para tu relación de las que imaginas.
De acuerdo a un estudio llevado a cabo por el Better Sleep Council de los Estados Unidos, descansar en camas separadas es una solución efectiva para los problemas relacionados con el sueño. Según el informe, se encontró que el 63% de las parejas no comparte durante la mayor parte de la noche la misma cama.
El 26% de los participantes afirmó experimentar un mejor sueño cuando descansaban solos, y el 9% confesó que optaban por habitaciones separadas para dormir. De acuerdo con la misma encuesta, casi 2 de cada 10 estadounidenses expresaron que su hogar ideal contaría con dos dormitorios principales independientes.
La tradición de compartir la cama se originó en la obligación matrimonial de tener relaciones sexuales para la reproducción. Con el tiempo, esto llevó a la creencia cultural de que las parejas que se aman deben descansar juntas, aunque esta suposición no es necesariamente cierta.
No es necesario que las preferencias y hábitos de sueño coincidan con los de tu pareja. A la hora de ir a la cama, es posible que tengamos rutinas muy diversas que, en última instancia, influyan en la calidad del sueño. Experimentar una mala calidad de sueño y la falta de descanso puede tener efectos perjudiciales que arrastramos durante el día, como somnolencia, dificultades de concentración, alteraciones en el estado de ánimo e irritabilidad.
En una relación de pareja, compartimos nuestro día a día. Si alguno de los dos no puede conciliar el sueño o descansar adecuadamente, ¿cómo podrá relacionarse y comprender a su pareja? La irritabilidad no beneficia en nada. En última instancia, la opción de dormir en camas separadas se relaciona con la posibilidad de experimentar una sensación de libertad y respeto mutuo dentro de la relación.
Los beneficios de dormir por separado
Un estudio realizado por la Universidad de Núremberg revela cómo los trastornos del sueño de alguien en la pareja pueden influir en la calidad del sueño del otro. A modo de ejemplo, los ronquidos de alguno pueden resultar particularmente irritantes y afectar negativamente la calidad del sueño del otro. Este mismo estudio también señaló que si un miembro de la pareja experimenta dificultades para dormir, el otro también las experimentará con el paso del tiempo.
El nivel de descanso podría ser mejor cuando se duerme en solitario en comparación con dormir acompañado. Esto no se ve afectado por el hecho de que la otra persona se mueva o cambie de posición, ni por las diferencias en la preferencia de temperatura. Además, si temes que dormir en camas separadas pueda afectar la seguridad y la intimidad en la relación, una alternativa es mantener ambas camas en la misma habitación.
Un mejor descanso también conlleva una mejora en nuestro estado de ánimo, lo que a su vez contribuirá a una convivencia más armoniosa. Habrá menos desacuerdos, una mayor habilidad para resolver los conflictos y un aumento en la empatía y el cariño hacia nuestra pareja.
También mejora el deseo
Relacionamos la intimidad sexual con la cama, lo que podría dar la impresión de que las relaciones íntimas de pareja se verán afectadas si no duermen juntos. De acuerdo a una investigación realizada en el Reino Unido, el 38% de las parejas británicas que optaron por dormir por separado después de compartir la cama, informaron que habían mejorado sus relaciones conyugales.
Además, al descansar en camas separadas y romper con la "costumbre" de dormir juntos, se genera un sentimiento de añoranza hacia la pareja, lo que a su vez incrementa el deseo sexual y beneficia las relaciones de la pareja.
Lo fundamental, si optas por practicar el "divorcio de dormitorio" junto a tu pareja, es que ambas partes estén en conformidad y que ninguno de los dos lo perciba como una traición.
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