Artículo elaborado en colaboración con Intimina
Si eres novata en el uso de la copa menstrual, probablemente alguna vez hayas manchado tu ropa interior. Esto puede ser porque o bien la copa no se ha abierto del todo en el interior o no está correctamente colocada. Sentirse 100% segura a la hora de usar la copa menstrual es fundamental y… ¡posible! Descubre cómo colocártela correctamente para beneficiarte de este método de protección totalmente respetuoso con el cuerpo de la mujer, gracias a la silicona médica biocompatible con la que están fabricadas.
¿Por qué mancho mi ropa interior?
Tu copa no está totalmente abierta. Uno de los motivos principales de este tipo de fugas es que la copa está plegada por algún sitio. Esto significa que no se ha abierto completamente y, por lo tanto, no hace el sello de vacío con las paredes de la vagina. Esto es más habitual de lo que pensamos, sobre todo, entre las mujeres que utilizan por primera vez la copa. No obstante, la práctica y conocer cuál es la mejor forma para colocárnosla, acabará con este problema. La copa se puede introducir de varias formas:
- Sentada, de pie o de cuclillas. En la posición en la que estés más cómoda para que se abra tu vagina. Por ejemplo, flexionando una pierna sobre la bañera.
- Prueba un pliegue diferente. Es conveniente intentar con diferentes pliegues y formas de inserción. La Lily Cup de INTIMINA se puede insertar utilizando uno de estos tres tipos de pliegues: enrollada como un tampón, modo en C o modo en V. Mientras, la Lily Cup Compact y la Lily Cup One se puede introducir en modo en C o modo en V. Es fundamental saber cuál es la que mejor se adapta a ti.
- Introduce tu copa en la parte más arriba posible de tu canal vaginal sin olvidarte de que debes ser capaz de alcanzar la base. Puedes servirte de tus dedos, como por ejemplo el pulgar, para empujar la parte inferior de la copa (tallo) y subirla. Posteriormente, oprime el cuerpo o el borde de la copa varias veces con el objetivo de facilitar que la copa se abra y se selle con las paredes de la vagina.
- Agítala suavemente. Una vez introducida la copa, tira suavemente del tallo hacia abajo moviéndolo de un lado a otro. En el caso de que te hayas pasado tirando de la copa y el tallo se vea, únicamente has de empujarla hacia arriba con el pulgar (o el dedo que prefieras).
- Comprobación final. Para evitar esas incómodas fugas, es preferible dedicar unos segundos a comprobar que tu copa está totalmente abierta. Para hacerlo, sólo tienes que pasar el dedo alrededor de su cuerpo y cerciorarte de que no hay ningún abombamiento. Si tiras de la copa y no se desplaza, significará que se ha sellado correctamente.
Tu copa no está bien colocada o no está debajo de tu cérvix. Es conveniente saber que el cérvix o cuello del útero se desplaza hacia arriba o hacia abajo a lo largo del ciclo en función de los niveles de estrógenos. Además, en contra de lo que se cree, no está ubicado en la parte superior del canal vaginal y puede estar formando un ángulo o estar inclinado hacia un lado. En el caso de que el borde de tu copa no está por debajo del cérvix, el flujo saldrá por los lados de la copa, provocando las incómodas fugas. Por este motivo, es conveniente seguir estos consejos:
- Averigua dónde está tu cérvix. La posición de éste puede variar a lo largo del ciclo por lo que es importante saber su situación en el momento de utilizar la copa, ya que, en función de esto, tendrás que colocarla más alta o baja en tu vagina. Para conocer el estado de tu cérvix, introduce un dedo y encuentra una zona que esté más firme (parecido a una punta de una nariz). Una vez que lo hayas identificado, sabrás dónde tienes que colocar la copa.
- El ángulo de la copa es clave. El canal vaginal no es vertical, sino que está inclinado hacia la parte posterior del cuerpo. Para asegurarte de que tu copa esté bien colocada, inclínala hacia el cóccix utilizando el pulgar, apretando la base de la copa y girándola en la dirección correcta.
- Comprueba que tu cérvix no está en el interior de la copa pues, en el caso de que sea así, este puede ocupar espacio e incrementar el nivel de líquido en el interior, causando fugas. También puede ser que tengas un cuello del útero sensible, o que la succión de la copa cause malestar. Por esta razón, es conveniente probar diferentes posiciones hasta dar con la idónea.
No estás utilizando la talla que se adapte a tu cuerpo. Conocer nuestro cuerpo y el nivel de sangrado de nuestro período es fundamental para que la copa se selle correctamente y no se produzcan fugas: una copa muy pequeña será insuficiente y una muy grande será complicada de abrir. Por este motivo, se comercializa en diferentes tallas: el tamaño A (Lily Cup y Lily Cup Compact) para las mujeres que no han dado a luz o que lo han hecho a través de cesárea; el tamaño B (Lily Cup y Lily Cup Compact) para las que han pasado por un parto vaginal o tienen un suelo pélvico débil; y la Lily Cup One en talla única, para adolescente o principiantes.
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