Esta extraña asociación halla su sentido en la información que esconde el cabello sobre los niveles de ciertas hormonas de estrés, que puede indicar si el riesgo es mayor o menor en función de lo estresedos que estemos. Si bien este dato lo podría proporcionar un simple análisis de sangre, hacerlo a través del cabello puede tener otras ventajas más allá de evitar la temida jeringuilla. Una de ellas es que se puede hacer un estudio en profundidad de la hormona del estrés a lo largo de los meses, viendo la variabilidad según la época.
Como conclusión, cuando se estudió el cabello se comprobó que aquellas personas con mayor nivel de cortisol (la hormona del estrés), tenían más probabilidades de padecer una enfermedad cardiovascular, como alguna enfermedad coronaria del corazón, un accidente cerebrovascular, diabetes o una enfermedad arterial periférica. Así, aunque aún falta mucho por investigar, se abre una nueva y sorprendente puerte en el estudio de este tipo de enfermedades.
Puede interesarte...
LETTER