De entre la gran variedad de frutas que tenemos al alcance, hay algunas de las más comunes, que por lo general se encuentran disponibles a lo largo del año. Con la proximidad del otoño, se inicia el período de mayor producción de algunas de estas, ganando popularidad por su frescura y buen precio.
Al igual que otros productos de origen vegetal, las manzanas destacan por su alto contenido de fibra. Una pieza de tamaño regular proporciona aproximadamente 4 gramos, lo que representa alrededor de un sexto de la cantidad diaria sugerida. Para obtener el máximo beneficio de la fibra contenida en esta fruta, es recomendable limpiarla adecuadamente y comerla con piel. La ingesta de esta sustancia favorece la salud cardiovascular, es beneficiosa para la regulación digestiva y el control de los niveles de azúcar en la sangre.
Entre los tipos de fibra que contiene la manzana, sobresale la pectina, que ayuda a la función prebiótica al beneficiar en la salud intestinal. Este elemento tiene la capacidad de enlazarse con los azúcares y el colesterol, contribuyendo así a la regulación de sus niveles en el cuerpo. Además, un estudio científico ha revelado que el consumo de manzanas con una frecuencia mínima de tres veces por semana está relacionado con la disminución en el posible desarrollo de la diabetes mellitus tipo 2.
Sumándose a los beneficios de la manzana, dentro de su composición se encuentra la quercetina, un compuesto perteneciente al grupo de los flavonoides, que a su vez posee cualidades antioxidantes. La quercetina contribuye a reducir los procesos inflamatorios y a resguardar las células frente al deterioro causado por los radicales libres. Además, esta sustancia es objeto de gran interés en la comunidad científica y de numerosas investigaciones debido a su capacidad en el combate del cáncer.
La manzana y su relación con el control del colesterol
El consumo diario de una manzana contribuye a disminuir el riesgo de padecer complicaciones en los vasos sanguíneos y enfermedades del corazón, pues tiene la capacidad para reducir la concentración del colesterol perjudicial en el organismo, logrando un impacto positivo en la regulación de la tensión arterial. Estas afirmaciones están respaldadas por múltiples estudios que han corroborado estos beneficios en la salud cardiovascular.
Una investigación reveló que consumir dos manzanas diarias por dos meses logró disminuir la concentración de colesterol LDL, que es considerado perjudicial, y al mismo tiempo, incrementar los niveles de colesterol HDL, considerado de beneficio para el organismo.
Respecto a la tensión arterial, tres investigaciones demostraron que el consumo de cuatro o más manzanas por semana se asocia con una disminución del 9% en la incidencia de hipertensión entre las personas estudiadas. Estos resultados se obtuvieron tras un seguimiento que duró ocho años.
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La manzana: una ideal opción disponible todas las temporadas
Aunque la manzana se considera típicamente una fruta de otoño, se encuentra disponible en establecimientos durante todas las estaciones del año. Su precio asequible la hace una opción ideal para cualquier presupuesto, y los profesionales de la salud aconsejan su consumo a diario como parte de una dieta balanceada.
Por si fuera poco, su versatilidad permite disfrutarla de diversas maneras, desde comerse sola hasta usarla en la preparación de postres como tartas, e incluso complementar ensaladas. Esta variedad de opciones culinarias nos invita a aprovechar al máximo los numerosos beneficios que ofrece esta fruta para la salud y el gusto al paladar.
