El doctor Vicente Mera, experto en longevidad asegura que es el superalimento mejor estudiado. El miso tiene un importante efecto antienvejecimiento, además de ser saciante, depurativo y probiótico.
Beneficios del miso en la salud
Mera trabaja en Sha Wellness Clinic y es el autor del libro Joven a cualquier edad. Es una eminencia en el campo de la medicina interna y el anti-aging. Ha viajado a Japón en busca de los hábitos relacionados con la longevidad y estudiado las alternativas para vivir mejor y desacelerar el envejecimiento. En su libro nos explica las bondades del miso, avaladas por otros profesionales como el doctor Olivier Courtin-Clarins, que confirma que este derivado de la soja es una fuente de probióticos con grandes efectos positivos para la salud. El miso es un fermentado de soja, sal marina y hongo koji, proporciona un 20% de proteínas y es una gran fuente de minerales y vitaminas. Mera asegura que es un alimento barato y sabroso que permite ser acompañado de muchos vegetales y otros alimentos a excepción de la carne.
El hecho de ser probiótico supone que favorece la digestión y ayuda al equilibrio de la flora intestinal. Además puede ser un buen aliado para perder peso, ya que es saciante y depurativo. Este condimento japonés es además relativamente bajo en calorías y grasas, lo que lo convierte en una opción saludable para dar sabor a las comidas sin agregar muchas calorías. El Dr Mera recomienda desayunar todas las mañanas una sopa miso: se trabaja la pasta de miso con agua caliente, añadir tofu, algas, cebolleta o puerro. En Japón es una práctica habitual de empezar el día y es un alimento lleno de lactobacilos y bacterias bífidus.
La ginecóloga Perla Aldama de la Clínica EVA, además apunta otro importante beneficio para la mujer: como probiótico, ayuda a reforzar la flora vaginal.
Versatilidad en la cocina
Además de la tradicional sopa, podemos prepararlo según la receta de la nutricionista Laura Parada. Parada recomienda una cena en la que embadurnamos un filete de atún rojo en pasta miso y semillas de sésamo. Después se dora en la sartén con un poco de aceite. Este tataki es muy sencillo de preparar y si se acompaña con judías verdes, vinagre, sal y pimienta queda una cena completa.
Maroussia Sampsidis, nutricionista de Sisterhood Nutrition aporta otra receta. En este caso es una salsa césar para acompañar todo tipo de ensaladas. La salsa se prepara con miso blanco, anacardos, ajo, mostaza, alcaparras, zumo de limón y levadura nutricional.
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Su sabor umami también permite añadirlo en salsas para pasta para darles complejidad. Otra opción es añadir una cucharadita en guisos o estofados para intensificar su sabor y obtener todos sus beneficios. Perfecto también para ser disuelto en las marinadas de pescado o tofu, no solo aporta sabor, sino que también ayuda a ablandar y sazonar los ingredientes.
Si lo que queremos es acompañar unas verduras asadas, podemos disolver el miso en una cucharada de aceite de oliva y hierbas y quedará un aliño delicioso. Untamos las verduras con esta mezcla antes de cocinarlas al horno y ya estará listo.
Cualquier puré de verdura o sopa que prepares (añadir al final de la cocción para preservar sus probióticos y su sabor umami) agradecerán este toque de sabor fermentado.
Puedes probar también a preparar dips o untables mezclando miso con yogur, queso crema o hummus.