Es posible que sin que hayas realizado cambios en tu estilo de vida ahora te encuentres con un físico muy diferente al que tenías en tu juventud. Esto es así porque, al margen de cuestiones hormonales, que también tienen influencia, con el paso de los años tu metabolismo se ralentiza, y lo que quemabas con facilidad en tus 20 resulta más complicado a los 40 y todavía más pasados los 50.
La clave para revertir este proceso es trabajar en la aceleración de tu metabolismo, lo que puede conseguirse siguiendo determinadas pautas. Pero hay una que es la base de todo: el ejercicio físico. Si llevas un estilo de vida sedentario tu metabolismo se reducirá cada vez más, y la acumulación de grasa será inevitable.
La masa muscular es la clave
Pero aunque moverse es básico para que la grasa no termine por acumularse donde no debe, hay algo que determina más que ninguna otra cosa que tu metabolismo funcione de manera más acelerada y eso es el nivel de masa muscular con el que cuentes. Por eso el ejercicio de fuerza es el mejor modo de mantenerse delgada.
El tejido muscular es el que más calorías consume en reposo, lo que quiere decir que si entrenas ejercicio de fuerza y obligas a tu cuerpo a crear masa muscular, éste se convertirá en una máquina más eficaz de quemar calorías.
Sin embargo para que exista tejido muscular hay que tener en cuenta otros factores, como la alimentación y el descanso. El músculo necesita de un aporte mínimo de proteínas y del necesario tiempo de sueño para para construirse, por lo que debes tomar en consideración también estos aspectos.
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Otras recomendaciones
El truco, en definitiva, es ejercicio de fuerza combinado con una vida activa y una alimentación y descanso adecuados. No hay más secreto. Aunque si quieres acelerar todavía más el proceso, puedes completarlo con algunas recomendaciones como beber un mínimo de 2 litros diarios de agua, que te ayudarán a mantener la sensación de saciedad, o consumir bebidas como el té verde o el café que ayudan a este propósito. Pero no olvides que ésto por sí solo no ofrecerá resultado si no te centras en lo importante.
Lo que debes evitar a toda costa es una dieta restrictiva en calorías o un exceso de cardio. Lo primero ralentiza el metabolismo ya que tu cuerpo lo interpreta como un estado de escasez y trata de gastar las menos calorías posibles para mantener el funcionamiento de todos sus sistemas. Y en cuanto a lo segundo, si el cardio no se practica de forma moderada, puede conllevar la destrucción de tejido muscular, que es justamente lo contrario de lo que pretendes.