Tener un vaso de agua junto a la cama puede parecer conveniente, pero en realidad no es lo más saludable. Según la revista de salud Healthline, dejar el agua expuesta al aire puede tener consecuencias negativas. Los microorganismos y bacterias presentes en el aire pueden contaminar el agua fácilmente. Además, insectos y polvo también pueden caer en el vaso, haciéndolo poco higiénico.
Además, cabe tener en cuenta que el agua estancada a temperatura ambiente crea un ambiente propicio para ciertos tipos de bacterias. Aunque la mayoría de estas bacterias no son perjudiciales, siempre existe un riesgo, especialmente si el vaso no estaba limpio desde el principio. Con el tiempo, el sabor del agua también puede cambiar. El agua expuesta puede absorber olores del entorno, alterando su sabor. Esto puede incluir olores de productos de limpieza, perfumes e incluso gases corporales.
Un vaso de agua al lado de la cama podría acabar provocando un desastre
No solo se trata de microorganismos. Un vaso de agua junto a la cama puede provocar un desastre si se derrama sobre tus dispositivos electrónicos. Piensa en tu teléfono, ordenador portátil o lector de e-books, que suelen estar en la mesita de noche. Un movimiento brusco puede volcar el vaso, derramando agua y dañando tus dispositivos.
El agua derramada también puede estropear libros y otros objetos personales, creando un desorden incómodo. Además, en condiciones de calor y humedad, el agua estancada puede atraer mosquitos, que se reproducen en el agua y aumentan las posibilidades de picaduras y molestias.
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¿Cuáles son las mejores alternativas para no tener un vaso de agua al lado de la cama?
Si eres las que quiere tener sí o sí agua a mano durante la noche, considera estas opciones:
- Usa una botella de agua con un tapón seguro para mantener el agua limpia y fresca.
- Un vaso con tapa puede ayudar a reducir la entrada de polvo y contaminantes.
- Las jarras que vienen con un vaso invertido en la parte superior ofrecen una solución más higiénica.