Seguramente cuando Kim Kardashian acercó la técnica del contouring al gran público no se imaginaba la cantidad de variantes que iban a surgir en solo dos años: strobing, henna contouring, baking, clown contouring, tantouring ¡y hasta hair contouring! Sin embargo, con la llegada de 2016 hemos conocido la versión más ridícula de todas: el neck contouring.
Esta técnica no es otra cosa que aplicar los métodos del arte del contorneado al cuello, par estilizarlo y alargarlo ópticamente, dando así la sensación (se supone) de que estamos más delgadas. ¿Alguien cree que el cuello sirve de baremo para determinar si una persona está más o menos delgada? Y lo que es peor, ¿algo tan complicado y laborioso como maquillarte una parte que no te puedes ver tú misma merece la pena? Al menos si te decides por probar esta técnica hazlo llevando uno de estos bonitos recogidos de fiesta.
Seguramente las grandes defensoras de esta técnica estaréis pensando: "tampoco estilizar tus facciones con maquillaje te hace más delgada y se ha convertido en una de las técnicas de belleza más usadas". Cierto, aunque existe una gran diferencia entre el resto de técnicas de contouring y esta: el maquillaje para vídeo y fotografía.
Hasta ahora todas las modalidades de contouring se centraban en el rostro, lo que tiene sentido principalmente si lo que queremos es dar la sensación de una cara más estilizada en fotografía o vídeo. Pero seamos sinceras, ¿quién va a hacerse una fotografía de espaldas esperando que la gente crea que está más delgada?
Si aún así, queréis probar esta técnica os dejamos con este vídeo explicativo:
Y a ti, ¿qué te parece el neck contouring?
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