Un estilista es un asesor e, igual que existen asesores de moda capaces de crear los outfits más maravillosos del mundo, también hay estilistas encargados de aconsejar cómo gestionar la imagen personal desde el ámbito estético. Seguro que te has fijado en que las celebrities no suelen dar un paso en falso cuando se trata de su físico. Cada corte de pelo, cada smokey eye, cada esmalte de uñas, todo está medido milimétricamente para que sea perfectamente armonioso. Por supuesto, incluir las tendencias de cada momento también forma parte de la labor de un verdadero estilista.
¿Qué le hace diferente?
Un estilista es un profesional de la belleza que se ha formado no sólo en peluquería sino que también abarca el mundo de la estética y por ello es capaz de peinar o maquillar en función de las características de cada persona. Su punto fuerte y el que lo diferencia de un peluquero tradicional es que es capaz de proporcionarte consejos adaptados y personalizados a la morfología de tu rostro, siendo casi un maestro absoluto en materia de fisionomía. A partir de los rasgos de tu cara, sabrá qué corte de pelo te conviene más o qué color le aportará luz a tu rostro. Seguir sus consejos y opiniones son siempre una garantía para evitar una catástrofe capilar.
Su modus operandi
Gracias a su talento como observador, un buen estilista va descifrando minuciosamente cada detalle de tu rostro. Se detendrá en la forma, el brillo o incluso el color de tu cara, y ten por seguro que no pasará por alto las pequeñas imperfecciones: una nariz un poco torcida, un cabello con tendencia a encresparse... Tras su observación hará un diagnóstico y podrá explicarte qué es lo que mejor te sienta y por qué. Aunque, por supuesto, la elección final siempre te corresponde a ti.
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