Repetir los efectos nocivos del tabaco en nuestro organismo no es hablar en vano. El fumador tose con regularidad y se ahoga rápidamente, tiene la garganta irritada. Puedes recordarle las poco agraciadas marcas que deja el cigarrillo en él: manchas marrones en los dientes, mal aliento, arrugas, piel apagada, etc. Y hazle entender que prefieres que se cuide y que esté sano. Y hablando de estar sano, el tabaco es el origen de muchas enfermedades como el riesgo cardiovascular, los problemas respiratorios, la aparición de cáncer, problemas de fecundidad y también de problemas sexuales. La lista es larga y le hará reflexionar.
Ayudarlo a dejar de fumar
Aunque existen numerosas soluciones, el elemento indispensable para dejar de fumar es la motivación. Sean cuales sean las razones que lo empujan a fumar, sea para relajarse en épocas de estrés o si se ha convertido en una costumbre sin la que no puede vivir, la decisión de dejar de fumar tiene que salir de él y hacerlo con convicción.
Tú puedes ayudarlo estando a su lado, dándole apoyo y transmitiéndole tranquilidad, pero en ningún caso puedes decidir por él. Permanece atenta, motívalo y felicítalo y anímalo por su gran esfuerzo.
Pequeñas ayudas para quitarse del tabaco
Se han desarrollado diferentes métodos para ayudar al fumador en el proceso de quitarse del tabaco. Puede elegir entre:
-sustitutos de la nicotina como los parches, chicles, pastillas, etc.
-sustitutos gestuales que permiten que el fumador mantenga la costumbre del gesto pero con cigarrillos sin tabaco o, mejor aún, cigarrillos electrónicos.
-medicamentos recetados por un médico.
-métodos alternativos como la hipnosis o la acupuntura.
En todo caso, es preferible consultar con un especialista (médico o farmacéutico).
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Las asociaciones u organismos también son un buen primer paso que dar hacia una vida sana y sin tabaco. (Comité nacional de prevención del tabaquismo - www.cnpt.es.)