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Las abuelas ya lo sabían: esta es la cena fácil y nutritiva que mejora tu digestión y realza tu piel

por Luis Lozano ,
Las abuelas ya lo sabían: esta es la cena fácil y nutritiva que mejora tu digestión y realza tu piel© shutterstock_1867098652

El aporte de nutrientes esenciales en esta receta incluye colágeno y proteínas con un bajo contenido calórico.

Los alimentos que benefician nuestra piel y además mejoran la digestión siguen gozando de una alta popularidad, y esta opción tradicional cumple con los aportes nutricionales para estas funciones.

Nos referimos al caldo de huesos, el cual es un conjunto de colágeno y proteínas de alta calidad. Esta combinación nos trae numerosos beneficios digestivos y para una piel sana. Además, es una ideal opción de cena si lo que buscas es perder peso sin renunciar al consumo de proteínas adecuado.

El inconveniente reside en la actual comercialización de este caldo obtenido a partir de huesos, pues existen opciones de mezclas sobrecargadas de sal y otras sustancias como preservativos. En estos casos, el etiquetado será crucial, aunque siempre resultará preferible prepararlo en casa. Es por eso que la elección óptima sería elaborar esta infusión por nosotros mismos, empleando insumos apropiados y naturales.

En concreto, este caldo se obtiene de restos óseos de animales, verdura y en algunas ocasiones carne, aunque se le pueden agregar ingredientes como jugo de limón o vinagre para darle un poco de acidez. Su elaboración es a partir de hervir a fuego lento la mezcla durante 24 horas.

Una vez finalizada la cocción prolongada, se cuela el producto final, el cual puede aderezarse con moderación según las preferencias personales. Gracias al largo periodo de hervor, se logra la desintegración del tejido conjuntivo y el colágeno, generando un rico y sustancioso resultado.

Aunque en la actualidad es muy acccesible obtener esta infusión en forma de cubos deshidratados o incluso ya lista para consumir, estas alternativas no siempre representan las opciones más recomendables.

Este rico caldo puede elaborarse a partir de diversos animales, tales como restos de aves como el pavo o el pollo, así como de mamíferos como la ternera, el cerdo o el cordero. De hecho, cualquier tipo de tejido conectivo o tuétano es apto para su preparación, incluyendo partes como alas, crestas, patas, pezuñas o espinas dorsales. Incluso es posible optar por una versión marina, pues las aletas de diferentes especies acuáticas son también una opción ideal.

En cuanto a su valor en nutrientes, la composición del caldo de huesos estará condicionada por la cantidad y calidad de los ingredientes, de los cuales podemos destacar en primer lugar los huesos, de los que se obtienen elementos esenciales como el potasio, magnesio, calcio, sodio y fósforo. Además, el tejido conectivo aporta condroitina y glucosamina, que son suplementos dietéticos altamente utilizados en el tratamiento del dolor articular y la artritis.

Como tercer elemento principal tenemos la médula, de la que se obtienen varios minerales como el selenio, zinc, hierro y calcio, además de ser una fuente rica en los ácidos grasos omega-3 y omega-6, y las vitaminas A, B2, B12 y E.

El prolongado hervor de los huesos, la médula espinal y el tejido conectivo permitirá extraer colágeno, sustancia que al cocinarse origina una gelatina característica, dando como resultado un perfil exclusivo de aminoácidos, sobresaliendo la presencia de la glicina.

Así, su consumo nos beneficia de varias maneras, incluyendo la mejora en la salud cerebral, pues ayuda a conciliar el sueño. Además, potencializa la salud ósea y articular, tiene efectos antiinflamatorios que mejoran la digestión, asiste en el control del peso gracias a su bajo contenido calórico sin perder su efecto saciante, y juega un papel crucial en el fortalecimiento de la piel, proporcionando hidratación y elasticidad.

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Su preparación no es complicada, aunque como ya se sabe, es tardada. Si bien existen múltiples variantes según las preferencias, el proceso requiere una cocción lenta durante un período de entre 6 y 24 horas con un mínimo de 3 a 4 litros de agua. Se puede, agregar a la mezcla otros ingredientes opcionales como ajo, cebolla, pimienta y sal al gusto.

Entre las verduras recomendadas para esta preparación están el apio, zanahoria, cascarás de limón, perejil y jengibre. Lo importante es dejar que los ingredientes hiervan a fuego lento por un tiempo prolongado. Una vez pasado el tiempo, se puede proceder a colar el resultado y consumir el caldo, el cual lo puedes acompañar con otras opciones saludables.

Luis Lozano
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