La hipnosis es un estado de relajación profunda, entre el sueño y la vigilia, utilizado como una terapia. En estos momentos, la persona persona hipnotizada se encuentra totalmente relajada, desconectada del exterior. Por regla general, se utiliza en psiquiatría para acceder con mayor facilidad al inconsciente, para entender los bloqueos y hacer que salgan a la luz ciertos problemas ligados a la infancia.
La hipnosis sería como un amplificador y un acelerador de una terapia. El objetivo de una sesión de hipnosis es alcanzar el inconsciente y desvelar, en su caso, un antiguo traumatismo que pudiese provocar problemas psíquicos como la ansiedad o las fobias.
¿A quién va dirigida la hipnosis?
Se utiliza cada vez más en psicoterapia y, aunque se desconocen los mecanismos de acción, la hipnosis es una herramienta aparentemente eficaz para liberarse de numerosos problemas. Las indicaciones son sobre todo psicológicas y psicosomáticas: dejar de fumar, pérdida de peso, ansiedad, estrés, enuresis, insomnio, traumatismos, tocs (trastornos obsesivo-compulsivos), timidez o también desarrollo personal.
Los niños y estudiantes a los que les falta confianza en sí mismos antes de un examen también pueden beneficiarse de ellos. La hipnosis también se puede utilizar en psicoterapia breve.
¿Qué tipo de hipnosis existen?
Dentro de la propia hipnosis encontramos dos variantes muy claras. Por un lado, la hipnosis Freudiana, que representaría la que estamos acostumbrados a ver en películas, series y programas de televisión y, por el otro lado, la hipnosis Ericksoniana.
- La hipnosis Freudiana, se basa en la sugestión. El paciente sigue instrucciones verbales (“¡Duérmete!”), visuales y corporales. Esta técnica parte de la idea que si se sugiere a un paciente que se cure, puede conseguirlo. Este método puede ser eficaz a veces, pero es limitado.
- La hipnosis Ericksoniana no es sugestiva, sino que solicita una participación por parte del paciente. Una sesión de hipnosis se lleva a cabo en forma de una sencilla conversación en la que el paciente se encuentra en un estado de profunda relajación y accede poco a poco a su inconsciente, libremente. El terapeuta mantiene la conversación utilizando metáforas y símbolos y lleva progresivamente al paciente a encontrar por si mismo la solución a sus problemas. Esta escuela de hipnosis es respetuosa con los valores del paciente y es mucho más eficaz que la precedente.
Sin embargo, te aconsejamos que te informes bien antes de someterte a un proceso de hipnosis, ya que no se enmarca dentro en ninguna legislación. Infórmate sobre las competencias profesionales del terapeuta que la propone. No tienes por qué preocuparte por los riesgos que entraña este tipo de tratamientos, ya que el cerebro posee sus propios métodos de seguridad que nos impiden actuar contra nuestros valores, que están por encima de la influencia de la hipnosis.
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