Respetar la variedad gastronómica de diferentes lugares del mundo es uno de los principios básicos del slow food, una tendencia que nació en Italia y que, a día de hoy, tiene adeptos en diferentes partes del mundo. Los seguidores de este colectivo luchan contra la globalización de los gustos culinarios y apelan al conocimiento de las diferentes culturas gastronómicas del mundo para recuperar el gusto por la comida de calidad y esa costumbre tan mediterránea de comer con calma. Y es que disfrutar cada bocado es básico, como el resto de consejos sobre alimentación que te proponemos en esta lista:
Lo que comenzó siendo una queja por la apertura de una filial de un conocido restaurante de comida rápida en 1986 en la popular Plaza España de Roma, ha acabado convirtiéndose en toda una forma de entender la comida, que se extiende por más de 130 países de los 5 continentes. Además de algunos objetivos destinados a disfrutar de la comida y conseguir productos de calidad, el slow food cuida también de las personas que hay tras ese acto de comer: tanto productores como comerciantes, responsables de restaurantes y, por supuesto, consumidores.
¿Cuáles son los principios del movimiento slow food?
Hay cuatro pilares básicos para comprender cómo funciona el movimiento slow food:
- Intentar proteger la biodiversidad de los productos locales y su forma de cultivo y producción,tratando de mantener el espíritu tradicional y luchando contra la producción en serie.
- Hacer hincapié en cómo la gastronomía es una manifestación de la cultura de un país o una región y como tal debe ser tratada y respetada.
- Promover un ritmo de vida mediterráneo, en el que se respeta el ritmo y el tiempo natural de cada producto, tanto a la hora de cultivarlo como en el momento de consumirlo.
- Procurar que las generaciones más jóvenes, más afines a la cultura fast food, comprendan la importancia que tiene la alimentación y tengan plena conciencia del acto de comer y disfrutarlo.
¿Cómo comer siguiendo la tendencia slow food?
Slow food no es simplemente una forma de entender el cultivo y cuidado de los productos y las recetas propias de cada parte del mundo, es también un nuevo concepto en el que el acto de comer debe centrar toda nuestra atención. A la pregunta, ¿qué debo comer si sigo la tendencia slow food?
Simplemente, tendríamos que seguir los principios básicos de la dieta mediterránea, con un consumo abundante de frutas y verduras, un consumo regular de carnes y pescados blancos y cereales y un consumo moderado de huevos, carnes rojas y pescados azules. Todo ello sin abusar de los productos procesados, la bollería industrial o el alcohol.
Además, el slow food premia algunos modos de cocina sobre otros. Por ejemplo, la cocción al vapor o la preparación a la plancha son algunas de las formas preferidas, ya que aportan menos grasas y mantienen la mayor parte de propiedades de los alimentos intactas. Por supuesto, si se trata de frutas y verduras, su consumo en crudo es uno de los más recomendables.
Existen también otras tendencias como la cocina responsable, muy ligada a este tipo de movimiento. Además de mantener los preceptos anteriores, este tipo de cocina también estudia las cualidades terapéuticas de cada alimento para que lo que comemos pueda resultar lo más beneficioso posible para nuestro organismo.
Después de leer este artículo, ¿te unirías a la tendencia slow food? Antes de tomar una decisión, descubre más sobre tus hábitos alimentarios con este divertido test que hemos preparado para ti:
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