Ahora que acabamos de terminar la temporada de grandes banquetes y postres interminables, llega el momento de comenzar a pensar en comidas más ligeras pero sin renunciar al sabor. Por eso, te recomendamos que te adentres en el mundo de los caldos y fumets, la forma más deliciosa y natural de enriquecer tu cocina. ¿No se te abre el apetito solo con ver alguna de estas delicias?
El 'abc' de los caldos y fumets
El caldo es el líquido resultante de un cocido en el que se desmiga y cocina la carne, el pescado o la verdura. Sin embargo, el fumet es el líquido que dejamos reducir en el fuego para obtener una preparación más concentrada y de sabor más fuerte. Tanto el caldo como el fumet se utilizan como base para elaborar salsas de acompañamiento pero también se pueden consumir tal cual: el caldo de pollo es un gran reconstituyente y el de verduras es ideal para eliminar toxinas. ¿Lo sabías?
Es cierto que existen caldos de diferentes clases en las estanterías del supermercado pero, te garantizamos que si pruebas a hacerlo casero, no querrás volver a probar los envasados. Una de las principales ventajas es que, aunque se trate de recetas que se preparan a fuego lento, después se pueden conservar perfectamente en la nevera hasta tres días. Así que, por ejemplo, podrías aprovechar el fin de semana para cocinar y después utilizar esta delicia para alguna cena entre semana.
Su receta lleva siempre verdura y a veces especias. Sin embargo, no disfraces el sabor de la carne o el pescado si no quieres un caldo vegetariano. Si añades demasiados ingredientes extra, las verduras serán las que acaparen todo el protagonismo y apenas notarás el sabor de la carne o el pescado.
En Asia, por ejemplo, los caldos son por lo general muy especiados. Si a ti también te gustan los sabores intensos, puedes añadirle jengibre fresco en trozos, clavo con cebolla picada, ramas de toronjil o un pimiento pequeño.
¿Cómo preparar un delicioso caldo de pollo?
Ingredientes:
- 1 hueso de pollo
- Zanahorias
- Ramas de apio
- Puerro
- 2 cebollas grandes
- Sal y pimienta
Preparación:
En primer lugar, limpiamos y cortamos todas las verduras en trozos. A continuación, ponemos todo en una olla grande o en una olla a presión y añadimos el pollo y 1,5 litros de agua. Salpimentamos al gusto y dejamos que hierva. Cuando comience la ebullición, lo dejamos a fuego lento al menos una hora o dos y estará listo.
Lo dejamos reposar y cuando se enfríe, lo filtramos y retiramos toda la grasa. Puedes utilizarlo para preparar una sopa o, si lo prefieres, añadirlo en un guiso para llenarlo de sabor. Si te gustan los sabores más fuertes, podrás utilizar gallina o pato en lugar de pollo.
¿Probamos con un caldo de ternera?
Ingredientes:
- 500 g de ternera deshuesada
- Zanahorias
- Un apio
- Un puerro
- Una cebolla
- Sal y pimienta
Preparación:
Para empezar, limpiamos y cortamos en trozos todas las verduras. Lo ponemos todo en una olla a presión con la carne, sal y pimienta. Después, añadimos 1,5 litros de agua, dejamos que hierva y en cuanto comience la ebullición lo mantenemos media hora en el fuego. Dejamos que se enfríe y lo filtramos.
Un ligero y delicioso caldo de verduras
Ingredientes:
- Verduras al gusto (zanahorias, puerros, nabos y cebollas)
- Algunas hojas de lechuga
- Una rama de apio
- Sal y pimienta
Preparación:
En primer lugar, limpiamos y cortamos en trozos todas las verduras. Las metemos dentro de una olla con un litro de agua, dejamos que rompa a hervir y lo mantenemos una hora y media a fuego lento. A continuación, lo filtramos y rectificamos de sal y pimienta.
Nuestra recomendación es que utilices las verduras como guarnición de un segundo plato, por ejemplo. ¡Tendrán un sabor buenísimo!
¿Te atreves con el fumet de pescado?
Ingredientes:
- 1 kg de espinas o cabezas de pescado
- Zanahorias
- Una cebolla
- Dos ajos chalotes
- Sal
Preparación:
Para empezar, pochamos la cebolla y los chalotes cortados en pequeños trozos con un poco de mantequilla. Después, desmenuzamos el pescado y lo añadimos a la cebolla y los chalotes hasta que comiencen a dorarse.
A continuación, llenamos la sartén de agua hasta cubrir las espinas y es el momento de añadir las zanahorias peladas y cortadas. Dejamos que hierva y en cuanto entre en ebullición, lo mantenemos al fuego lento durante unos 20 minutos. Rectificamos de sal y pimienta y añadimos 20 cl de vino blanco para darle más sabor.
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