La terapia Gestalt fue fundada por un psiquiatra y psicoanalista alemán en los años 50. Esta terapia se basa en la experiencia “aquí y ahora”, en el vivir y sentir en presente y, vivir y sentir la realidad. Se centra en el contacto con el medio ambiente y con la responsabilidad personal. No se trata de una terapia pensada para enfermos o personas con psicopatologías, sino que su fin es potenciar la personalidad y humanidad del individuo.
¿En qué consiste la terapia Gestalt?
Gestalt viene del verbo alemán gestallen, que significa “dar una estructura”. ¿Su objetivo? Ampliar y aumentar nuestras posibilidades, el sentido de la responsabilidad y la autonomía, además de darle mayor importancia a la expresión de nuestra emociones y mejorar así nuestra capacidad de adaptación a otras personas o a otros entornos diferentes.
Al contrario que muchos enfoques que intentan explicar el psiquismo en términos estáticos (el Otro y el yo en psicoanálisis, los estados del yo en análisis transaccional), la terapia Gestalt se sitúa en una óptica dinámica. Se centra en buscar un equilibrio entre el individuo y su entorno en cambio constante. Según la Gestalt, es imprescindible entender el carácter indisociable de la unidad organismo-entorno. Además, esta terapia modifica el eje del tiempo y nos invita a percibir el "aquí y ahora" sin la intermediación de las vivencias del pasado.
¿Quién puede encajar en una terapia Gestalt?
La Gestalt se utiliza en psicoterapia para personas que sufren problemas psicológicos o psicosomáticos o que deseen poder asumir una situación particular como puede ser el luto o una ruptura sentimental. Pero, como ya te hemos comentado, también se puede recurrir a la terapia Gestalt como desarrollo personal, o en el seno de una empresa, para formar, aconsejar o dirigir, algo así como una especie de coaching para sacar lo mejor de nosotras mismas. Sin embargo, este método está contraindicado para algunas personas que tienen dificultades para diferenciar entre “imaginar” y “pasar al acto”.
¿Cómo funciona una sesión de este tipo de terapias?
Las sesiones de terapia Gestalt pueden ser tanto individuales como en grupo y, en cualquiera de los dos casos, se dividen en tres partes:
En primer lugar, el paciente comenta un problema o una situación angustiosa del presente. Durante esta narración, el terapeuta repara los gestos inconscientes del paciente. A continuación, le propone que los exagere, que los escenifique porque estos gestos son el reflejo de un comportamiento. Llevar a cabo esto, nos hace concienciarnos de ello y así corregir el problema. Es una forma de descubrir una dificultad bajo otro ángulo, de recuperar una emoción oculta.
Tras esto, el paciente puede, con ayuda del terapeuta, seguir algunos consejos para cambiar de actitud en caso de que se presente una situación difícil, es decir, cambiar los “hábitos de contacto” con el entorno. El paciente tiene que aprender a crear vínculos entre lo que se acaba de vivir en una situación dentro de un contexto concreto y situaciones reales del mundo exterior.
Algunos conceptos clave en este tipo de terapias
'Aquí y ahora'
Algunas terapias se centran en la razón u origen del problema. Otras corrientes son las terapias que ayudan a liberar el comportamiento, a eliminar baches para que se asimile con más facilidad. La Gestalt es una terapia de la “corriente”, del “movimiento”: lo que importa aquí es el proceso, más que el por qué. La dificultad se enfoca “aquí y ahora”.
'Ciclo del contacto'
Describe las etapas que seguimos, normalmente, cuando entablamos una relación con una persona, una necesidad o una emoción. Se trata del ciclo de contacto-percepción, es decir, en la manera en que una necesidad emerge en nuestra consciencia, se desarrolla y desvanece para dejar paso a otra nueva necesidad.
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