Artículo elaborado por J'euphoria by Laura Zuluaga
Fue hace ya un par de años cuando por primera vez me pregunté si en verdad era posible alcanzar un estado de felicidad. Y no me refiero a la felicidad que nos venden las películas, donde aparentemente todo a nuestro alrededor debe estar bien y funcionando, o tener el sueño americano que por décadas nos han querido vender, es decir, unos estudios para conseguir un buen trabajo, carro, casa y obviamente un esposo e hijos con quien compartir nuestras vidas.
Me refiero a esa felicidad que nos hace sentir una completa paz en nuestro corazón con quienes somos, con lo que tenemos, y con lo que hacemos día a día en nuestras vidas. ¿Alguna vez te lo has preguntado? ¿Será que realmente es posible alcanzar ese estado que tanto anhela tu corazón?
Sé claramente que con esta pregunta debes tener dos sentimientos encontrados; por un lado, tu cabeza te está diciendo que no es posible, que aún no tienes la relación de pareja que quieres, o el trabajo que deseas y por el que has puesto tanto esfuerzo, mientras que por otro lado está tu corazón latiendo fuertemente diciendo: “hey, siénteme, aquí estoy y te garantizo que si se puede, sólo debes confiar más en ti”.
Y ahora, que tal si te digo, que no hay que seguir ningún truco mágico, ni recitar frases extrañas que nadie entiende todos los días, usar códigos sagrados, ni hacerte baños con plantas que posiblemente ni sabías que existían (aunque creo y estoy segura de todos los beneficios que estos traen, no vienen al caso en este momento, y seguramente bajo otras circunstancias te contaré mucho más al respecto), simplemente la felicidad se trata de conectar esos dos sentimiento que tu sientes como antagónicos, de entender racionalmente el contexto en el que estás y aceptarlo y abrazarlo, mientras que tu corazón late sano y fuerte y vibra con lo que a ti más te apasiona.
El verdadero truco está como lo dijo André Comte-Sponville en su libro Le Bonheur Désespérément: "hay que renunciar al concepto de felicidad, dejándola de esperar, para realmente comenzar a vivirla". (“Renoncer au bonheur c’est la seule façon de le vivre: en cessant de l’espérer”.)
Y sí, así sencillamente escuchando tu corazón y empezando a sentir la felicidad dentro de ti puedes comenzar a experimentar algo que nunca antes has vivido: una satisfacción tranquila y plena de con quien eres y en quien te has convertido. Eso sí, quiero serte muy sincera, esto no implica que no vayas a tener días difíciles, o momentos llenos de estrés, tristeza o dolor. Todas estas emociones negativas podrán seguir surgiendo en ti, la gran diferencia es que ya son simplemente transitorias.
Te vuelves consciente de lo que sientes y así aprendes a aceptar el dolor, tomando la decisión de no sufrir, aceptas la tristeza, sin deprimirte, aceptas la rabia, sin odiar, y así sucesivamente. El cambio surge en ti, en como percibes la vida, en los lentes que te pones para observar todo lo que ocurre a tu alrededor. Vas a comenzar a experimentar tantos cambios, lo que antes te alteraba, ya simplemente te va a causar risa, y como dicen, empezarás a ver la vida como un vaso medio lleno y no como un vaso medio vacío. Créeme, bueno más bien compruébalo, ese vaso medio lleno te va a generar tanta felicidad que poco a poco se va a comenzar a llenar y ya estaremos hablando de un vaso lleno, porque tu corazón se siente así, completamente lleno y en paz.
Ahora viene la pregunta más importante, ¿pero como comienzo a integrar estos dos sentimientos, llevo toda mi vida sintiéndolos, posiblemente ocultando algunos, ahora como hago para sentirlos realmente y aceptarlos? Mi objetivo en este momento es poderte animar a comenzar este cambio, a hacerte consciente que hay maneras muchos más satisfactorias de vivir, y no te puedo negar que esto requiere de constancia y de mucho amor hacia ti misma, si lo vemos con lentes rosas nos daremos cuenta de que es simple, sólo hay que aprender a escucharnos a nosotros mismos.
Regálate tiempo para ti, para saber qué quieres, que te lleva diciendo tu corazón todo este tiempo, reconócete por quien tú eres y donde has llegado, porque el camino ha sido largo y maravilloso y debes sentirte muy orgullosa de ello. Y claro, aún falta, aún quieres más, sin embargo, todo lo que ya has logrado hasta hoy tiene mucho valor, ama lo que has hecho, lo que eres, y verás como con mayor facilidad todo comienza a surgir y fluir. Está en ti si lo ves como un camino hermoso, con montañas y ríos, o simplemente como un desierto, con colinas y piedras que atravesar. El camino es el mismo, eres tú la que le pone los calificativos. Por esa misma razón, hazte responsable de tu proceso, y ámalo, acéptalo, y sigue construyéndolo.
Hoy te invito a que te tomes un tiempo para ti, donde sientas tu corazón, tu alma, tu cabeza, donde puedas darte la libertad de realmente ser tú, de sentirte tranquila, plena, y así descubrir lo que tu cuerpo lleva años queriéndote decir. Así vas a poder encontrar esta felicidad que tanto anhelas dentro de ti. Hoy busca un espacio, un momento, ambiéntalo como tú lo desees. Para mí, uno de mis momentos favoritos desde que tengo menos de diez años es la media mañana.
Ese momento donde tomas la decisión de hacer una pausa de lo que sea que estés haciendo ese día para respirar, coger fuerzas, aclarar tu mente, posiblemente organizar tu día y seguir con toda la energía, y para mí lo mejor que hacerlo es con un café (claro porque yo amo el café, tú hazlo con lo que te llene de vida y satisfacción). Estamos aquí para aprender a pausarnos, para escucharnos, apoyarnos mutuamente en nuestros procesos, para descubrirnos en este camino tan maravilloso que se llama vida. ¡Hasta nuestro próximo café!
LETTER
Y además:
La importancia de tomar un café con una misma
El arcoíris interior: descubre qué es y cómo sacarle partido
Test: ¿qué es la felicidad para ti?