Para comenzar este texto, conviene que echemos mano del diccionario y busquemos qué significa ser abstemio. Así, la palabra abstemia viene definida en el diccionario como aquella persona "que no bebe vino ni otras bebidas alcohólicas". Si bien es cierto que todos hemos probado alguna vez el alcohol (en cualquier fiesta resulta muy difícil decir que no a una cerveza o a un par de copas), hay muchas personas que han decidido no probar ni una sola gota por algún trágico suceso relacionado con la bebida o, simplemente, porque no le atrae en exceso el consumo de la bebida.
Independientemente de los gustos personales, el origen del consumo de bebidas con alcohol siempre ha estado asociado a su capacidad de hacer que nos sintamos de una manera diferente a otra que no nos agrada demasiado. Esto es, ¿cuántas veces no hemos visto películas en las que el protagonista se refugia en el alcohol para superar sus penas? ¿Y aquellas en las que un chico o una chica quiere destacar entre los demás para que la persona que le gusta se fije en ella tomando unas copas de más para perder la vergüenza? Uno de los ejemplos más cercanos que nos permiten comprobar como la bebida puede ser el hilo conductor de una conversación es la multitud de bares irlandeses de muchas ciudades del mundo donde se puede hacer un intercambio de idiomas y hablar inglés a la vez que se puede comer y beber algo, generalmente cerveza.
En general, la cultura popular nos ha impuesto una imagen atrayente de la bebida. Basta con poner la televisión para comprobar como la publicidad se empeña en destacar las bebidas alcohólicas como tendencia, una moda que propone un estilo de vida divertido: fiestas, amigos, risas, felicidad... En definitiva, éxito personal profesional en apariencia inalcanzable si no sostienes una copa en la mano, con una frase que se te mete en la cabeza y no sale de ella. Es más... ¿con qué brindamos en todo el mundo cuando pedimos buenos deseos? Con un chinchín de la bebida que mas te guste, independientemente del día que se celebre (Nochevieja, Navidad...). Porque, ¿quién podría negarle al cuerpo una copa de orujo de fabricación casera después de comer? Palabras como dieta o saludable no tienen cabida estos días, ¡faltaría mas!
¡Que levante la mano quien no presuma de familia unida en un dia tan especial como el que hemos mencionado en las redes sociales? Facebook, Instagram y Twitter se incendian durante estas fechas tan señaladas, hasta el punto de que este tipo de fotografías de hacen tan virales (o, incluso, más) que el archiconocido coronavirus. También en verano, con el buen tiempo y el calorcito, a muchos se nos antoja beber nuestros cócteles favoritos sin pensar que su consumo puede resultar también nocivo para nuestra salud. Es más, una de las tendencias menos desconocidas de nuestra cultura y nuestro carácter español es quedar con amigos y pedir una caña. De lo contrario, suelen darse las preguntas "¿te encuentras bien?" o la fatal "¿estás embarazada?". Solo por no probar una gota de alcohol, especialmente si estás en un momento en el que los años que figuren en tu carné pueden utilizarse en tu contra.
También es cierto que, igual que el alcohol ayuda a perder la vergüenza o a mostrarnos de una forma más extrovertida cuando, en realidad, la timidez condicione nuestro comportamiento, es posible caer en una adicción al hacerlo a escondidas. No hablamos de tomarse un vino mientras revisas la bandeja de entrada de tu mail o al momento de responder el dichoso mail de tu jef@, pero sí en momentos en los que quieres desconectar o inspirarte para escribir y no mides la cantidad de alcohol que puede tener una cerveza hasta que llega el término en que tienes tendencia a tenerlo por costumbre en determinados momentos.
El alcohol es una droga más
Aunque no lo queremos reconocer, todos tenemos tendencia a seguir el ejemplo, aunque no sea el apropiado, de seguir los comportamientos de las personas que nos rodean (si nuestros amigos beben, es probable que tomemos la decisión de seguir esa moda). Por tanto, aunque sea difícil, es deber nuestro determinar si es apropiado o no el consumo de alcohol para nuestro bienestar.
Al contrario que las drogas, el alcohol siempre se ha visto como una adicción menos peligrosa (lamentablemente, los accidentes de tráfico provocados por personas que se han repetido día tras día que "una copa no hace daño a nadie" confirman este desconocimiento sobre las bebidas alcohólicas).
Lo cierto es que es que es uno de los muchos sustantivos que se incluyen bajo la etiqueta de "drogas" y es tan tóxico como cualquier otra, ya que alcanza todos los órganos y sistemas de organismo tras su ingesta y puede provocar múltiples problemas respiratorios, además de afectar la producción de neutrotransmisores. Por tanto, es habitual que los bebedores habituales que se vuelven abstemios generen síntomas orgánicos neurovegetativos y psíquicos.
Sabiendo, entonces, que el alcohol no trae nada bueno y es un simple instrumento con el que creemos que somos capaces de socializar mejor (realmente, suele ser una reacción a la presión social), ¿te queda alguna duda para apostar por la abstemia y olvidarte de beber alcohol?
Beneficios de ser abstemios
Llegados a este término, conviene mencionar cuáles son las mejoras que una persona habituada a beber puede sentir cuando aparta las copas de su vida. Todas estas mejorías estan al alcance de cualquier persona que tenga la voluntad de cambiar sus hábitos personales en favor de un estilo de vida saludable. Cualquier miembro de tu organismo lo agradecerá, eso seguro, especialmente tu hígado y tus riñones.
Por otra parte, notarás cómo mejorará tu estado anímico ya que, al contrario de las creencias populares de que mejora el humor de quien lo consume, su función es completamente diferente, esto es, depresora. Por tanto, no tendrás esas subidas y bajadas de humor con tanta frecuencia como antes.
De este modo, te permitirá conciliar el sueño y será mucho mas reparador. También tienes que tener en cuenta que perderás peso, puesto que el alcohol estimula los sentidos y te da hambre, por lo que sentirás grandes tentaciones para picotear algo (generalmente patatas o alimentos poco saludables) mientras te tomas una cerveza.
Otro de los beneficios de ser abstemio es que la piel de quien no acostumbra a beber alcohol es más bonita y presenta menos imperfecciones de lo habitual. Y es que, aunque la gente comenta que es bueno ir al baño a orinar para el buen funcionamiento de los riñones, cuanto más alcohol se ingiere, eliminamos más orina y, por lo tanto, estas pérdidas de agua pueden hacer que el cuerpo se deshidrate.
Y, además de tu cuerpo, lo agradecerá tu bolsillo, ya que te gastarás menos dinero y, por lo tanto, tendrás la oportunidad de salir mas noches en lugar de salir una sola y gastarte todos tus ahorros. Bien ayuda a corroborar este hecho la frase "cortesía de sombrero, hace amistades y no cuesta dinero".
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