En verano la casa en guerra
Las peleas entre hermanos son normales y pueden ser una oportunidad para que los niños aprendan habilidades importantes de resolución de conflictos y manejo de emociones. Como padres, es útil reconocer las causas subyacentes de estos conflictos y trabajar para crear un ambiente en el que los niños se sientan seguros, valorados y comprendidos.
Durante el verano, es común que las peleas entre hermanos aumenten por varias razones relacionadas con los cambios en la rutina, el entorno y las dinámicas familiares. Con las vacaciones escolares, los hermanos pasan más tiempo juntos en casa, lo que puede aumentar las oportunidades de conflicto. Además, la ausencia de la rutina escolar puede llevar a una estructura menos definida en el día, lo que puede generar aburrimiento y tensiones. Sin esta rutina escolar ni estructura, los niños pueden sentirse aburridos y esto puede llevar a irritabilidad y peleas.
Las claves para reducir las peleas
1. Identificar los Momentos Críticos. Observa si los conflictos ocurren durante momentos específicos del día, como la hora de las comidas, antes de dormir o durante las transiciones entre actividades. Presta atención a los momentos en que los niños pueden estar más estresados o cansados, como después de una actividad física intensa. Evalúa si las necesidades básicas de los niños, como el sueño, la alimentación y la actividad física, están siendo satisfechas. Los niños hambrientos, cansados o con exceso de energía pueden ser más propensos a pelear. Una vez que hayas identificado los desencadenantes comunes, puedes tratar de anticiparte a los conflictos y asegurarte que todas sus necesidades están cubiertas para prevenir los desencadenantes.
2. Como adulto, mantener una actitud calmada es crucial para reducir la intensidad del problema. Los niños aprenden observando a los adultos. Al mantener la calma, les enseñas cómo manejar los conflictos de manera tranquila y racional. Además, mostrando autocontrol, demuestras que es posible manejar las emociones fuertes sin recurrir a gritos o violencia. Al estar calmada podrás escuchar a todos los involucrados sin interrupciones, lo que es esencial para entender completamente el problema.
3. Enseñar a los niños a expresar sus opiniones, deseos y sentimientos con respeto es crucial para su desarrollo emocional, social y personal. Promueve la empatía, el respeto, la comunicación efectiva y la resolución pacífica de conflictos, preparando a los niños para una vida adulta saludable y exitosa.
4. Enseña a los niños habilidades de comunicación efectiva y técnicas de resolución de conflictos. Practicar estas habilidades en momentos tranquilos puede ayudar a reducir las peleas, ya que podemos dialogar abiertamente sobre las razones que nos han llevado a un desencuentro para poder evitarlas en un futuro.
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No olvides que como adulto debes mantenerte firme y no posicionarte ante una riña entre hermanos. Esto fomentará un sentido de justicia, ayudará a los niños a desarrollar habilidades de resolución de conflictos y empatía, y fortalecerá su propia autoridad.