Criar a un hijo, entre otras muchas cosas, requiere amor, paciencia y un ambiente emocionalmente seguro. No obstante, no todos los niños crecen sintiéndose amados o valorados, lo que puede dejar huellas profundas en su desarrollo. Con el paso del tiempo, estas heridas pueden manifestarse en ciertos patrones de comportamiento y formas de relacionarse con los demás.
A continuación, te dejamos los 6 patrones de conducta que, según la plataforma Global English Editing, son muy comunes entre las personas que no recibieron amor en la infancia. ¡Toma nota!
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6 rasgos comunes de las personas que no tuvieron amor en la infancia
1. Dificultades con la confianza (en sí mismos y en los demás)
Aquellos que no se sintieron queridos en la infancia suelen luchar con la confianza, tanto en sí mismos como en los demás. Al no haber recibido suficiente aprecio o reconocimiento, pueden desarrollar una baja autoestima y sentir que no merecen cosas buenas en la vida. Además, la falta de figuras de apoyo en su niñez puede hacerles temer la traición o el abandono, lo que les lleva a ser más cuidadosos o incluso distantes en sus relaciones.
2. Temen a recibir amor
Para varias personas, el amor puede ser desconcertante o incluso aterrador. Si durante la infancia no experimentaron muestras genuinas de cariño, en la adultez pueden percibir el cariño como algo extraño o poco fiable. Esto no significa que no quieran ser amados con todas sus fuerzas, sino que pueden temer el dolor del rechazo o la pérdida, lo que a veces los lleva a no querer el amor antes de que alguien más pueda hacerlo.
3. Miedo al abandono
El temor a ser abandonados es otro rasgo habitual en quienes no se sintieron amados durante su niñez. Esto puede verse reflejado de dos maneras distintas: algunas personas desarrollan una fuerte dependencia emocional, buscando generalmente la validación de los demás, mientras que otras evitan el apego para no correr el riesgo de que les hagan daño.
4. Les cuesta manifestar sus deseos
Las personas que crecieron en ambientes donde sus necesidades emocionales no fueron una prioridad suelen sentirse incómodas expresando lo que quieren o necesitan. Han aprendido a priorizar a los demás y, en muchos casos, no quieren dar su opinión por miedo a generar conflictos o incomodar a quienes les rodean.
5. Tienen problemas a la hora de decir 'no'
Si desde la infancia sintieron que sus sentimientos no eran relevantes o que expresar emociones podía traer consecuencias negativas, en la vida adulta pueden tener dificultades para decir "no" o para marcar límites sanos en sus relaciones. Esto los lleva a aceptar situaciones que no les hacen bien con tal de evitar el rechazo o la discusión.
6. Sentimientos de culpa continuamente e injustificados
Gran parte de los adultos que no se sintieron queridos en la infancia cargan con una culpa que no les corresponde. Tienden a asumir la responsabilidad emocional de los demás y sienten que deben solucionar problemas ajenos, incluso a costa de su propio bienestar.