Muchos padres asocian la mala crianza con berrinches frecuentes, demandas excesivas y falta de gratitud. Sin embargo, estos comportamientos también pueden ser señales de carencias emocionales y una falta de límites bien definidos en la educación. Según la experta en crianza consciente Reem Raouda, existen cinco indicios clave que podrían indicar que un niño no está recibiendo una educación equilibrada. A continuación, exploramos estas señales y te contamos cómo corregirlas para fomentar un desarrollo saludable de la educación de los niños. ¡Toma nota!
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5 señales de alerta en la educación de tus hijos
1. Le cuesta aceptar un "no" por respuesta
Cuando un niño no admite la frustración y reta las negativas de sus padres, no siempre es por simple cabezonería. Muchas veces este comportamiento aparece como resultado de la inconsistencia en las normas que se le quieren imponer. Si las reglas cambian según el estado de ánimo de los adultos o si el niño aprende que puede negociar de muchas formas, la autoridad pierde peso. ¿Qué puedes hacer para evitarlo? En lugar de rechazar su petición de forma abrupta, es preferible reconocer su frustración mientras se mantiene el límite. En una entrevista con CNBC, Reem Raouda recomienda decir: "Sé que quieres seguir jugando, pero ahora es momento de dormir". Esta forma de contestar es firme, pero al mismo tiempo empática, lo que ayuda a que el niño comprenda que las normas existen por su bienestar y no como una forma de castigo.
2. Demanda tu atención de manera constante
Si has notado que tu hijo interrumpe conversaciones y quiere ser el centro de atención en todo momento, podría estar manifestando inseguridad emocional en lugar de simple capricho. La carencia de momentos de calidad con sus figuras de apego puede aumentar esta necesidad. ¿Qué puedes hacer para remediarlo? Una solución eficaz es dedicar entre 10 y 20 minutos al día de atención plena, sin pantallas ni distracciones. Leer juntos, jugar o aunque sea simplemente hablar, refuerza la conexión emocional, reduciendo la necesidad del niño de buscar atención de forma insistente.
3. Recurre a las rabietas para conseguir cosas
Los berrinches no siempre son una estrategia de manipulación; realmente reflejan una dificultad para manejar emociones intensas. Según Candace Harding, fisioterapeuta y profesora de yoga entrevistada por Self, cuando un niño explota en una rabieta, está manifestando frustración e impotencia ante una negativa. ¿Cómo se puede resolver esto? En estas ocasiones, mantener la calma es fundamental. En lugar de ceder a las peticiones para frenar la crisis, Harding sugiere verbalizar y mostrar empatía sobre lo que el niño está sintiendo: "Entiendo que estás molesto, estoy aquí para ayudarte a tranquilizarte". Enseñarle técnicas de regulación emocional, como respiración profunda o un tiempo de tranquilidad, facilita que aprenda a manejar sus sentimientos sin recurrir a explosiones emocionales.
4. No quiere asumir ningún tipo de responsabilidad
Si ordenas a tu hijo que recoja sus juguetes y se resiste, esto podría ser un indicativo de que ha sido sobreprotegido o, en el extremo opuesto, que se le ha exigido demasiada independencia sin guía. Sea la situación que sea, es muy probable que pueda generar rechazo al esfuerzo y falta de compromiso con sus obligaciones. ¿Cómo se puede resolver esto? El secreto está en involucrarlo de manera gradual en tareas adecuadas para su edad. Raouda plantea una aproximación colaborativa, por ejemplo, invitarlo a cocinar juntos en lugar de simplemente ordenarle que lo haga.
5. No suele agradecer nada
Si un niño muestra insatisfacción incluso al recibir regalos, esto no tiene por qué ser una señal de ingratitud. En muchos casos, este comportamiento es fruto de una tendencia a valorar más las recompensas materiales que las experiencias significativas en familia. ¿Cómo resolver esto? En lugar de premiarlo con regalos físicos, promover la gratitud a través de experiencias compartidas es una estrategia efectiva. Actividades como preparar una comida juntos, crear tarjetas de agradecimiento o verbalizar frases como "Gracias por ayudarme, eso significa mucho para mí", ayudan a reforzar el sentido de aprecio y conexión emocional.