Las siestas son muy importantes en el desarrollo del bebé, además del sueño nocturno. Contribuyen a consolidar la memoria, el aprendizaje y a regular su estado de ánimo. Según la especialista en sueño Nichole Levy: "Las siestas permiten que el cerebro procese y almacene la información adquirida durante el día".
De hecho, expertos aseguran que cuando un bebé no duerme lo suficiente, puede volverse irritable, distraído y hasta más propenso a enfermarse. Para no caer en esta situación, es fundamental establecer buenos hábitos de descanso desde los primeros meses.
¿Cómo podemos crear una rutina de sueño efectiva?
Lograr que un bebé se duerma puede convertirse en un auténtico desafío, pero existen ciertos aspectos a tener en cuenta que pueden marcar la diferencia:
- Crear un ambiente adecuado es clave. Un dormitorio oscuro con cortinas opacas y un sonido suave puede ayudar a que el bebé se relaje.
- Establecer una rutina de actividades relajantes puede ayudar más de lo que crees. Tener hábitos relajantes como un baño tibio, cantarle o mecerlo pueden contribuir la transición al sueño.
- No esperar a que muestre señales de cansancio. Frotarse los ojos o bostezar ya son señales tardías. Echa un vistazo a los patrones de vigilia de tu bebé y adelántate a su cansancio.
LETTER
¿Cuánto deberían durar las siestas del bebé?
Como comentábamos anteriormente, todo dependerá de la edad de tu bebé. Por eso, de acuerdo con lo que dicen los expertos, este es el tiempo que deberían durar las siestas de tu bebé según el tiempo que tienen:
- De 1 a 3 meses: Los recién nacidos tienden a dormir la gran parte del día. Sus siestas pueden durar entre 4 y 7 horas, distribuidas en varios periodos cortos, ya que aún no distinguen entre día y noche.
- De 4 a 6 meses: En este momento, los bebés empiezan a tomar una rutina de tres siestas al día, con un total de 4 a 5 horas de sueño durante el día. Dos de ellas suelen ser más largas, mientras que la última es un pequeño descanso antes de la noche.
- De 7 a 9 meses: El bebé pasa a tener dos siestas al día, aunque aún puede dormir hasta 4 horas en total. Su descanso puede verse afectado por estímulos externos, pero es clave mantener la consistencia.
- A partir del año: la mayoría de los niños pasan a una única siesta diaria de 2 a 3 horas. Si se extiende demasiado, puede afectar su descanso nocturno, por lo que es recomendable despertarlo suavemente si es necesario.
