Normalmente un embarazo dura 40 semanas. Para las mamás primerizas, este descenso de la tripa suele ocurrir con semanas de antelación, mientras que aquellas mujeres con partos previos tendrán el descenso mucho más cerca del momento de dar a luz.
¿A qué se debe este cambio?
El “baby dropping” no se observa en todos los embarazos, aunque es bastante frecuente. Es muy normal en las últimas semanas antes del alumbramiento notar que la barriga se baja. Esto se debe a que el bebe se encaja en la pelvis de la madre y el útero desciende un poco, de ahí la sensación de que la barriga ha bajado.
Clínicamente la barriga crece de abajo hacia arriba, producto del aumento de tamaño del útero que se da por el desarrollo y crecimiento fetal. El útero, que se encuentra dentro de la pelvis, se expande hacia el abdomen, desplazando el resto de los órganos. La barriga irá entonces creciendo durante los aproximadamente nueve meses que dura la gestación. De hecho, en la práctica médica se mide la altura uterina, para la cual se utiliza una cinta de métrica que mide tu barriga desde el hueso del pubis hasta el fondo uterino. Este resultado está directamente relacionado con las semanas de gestación.
En el momento del parto, la presentación fetal es normalmente de cabeza. Este descenso de la cabeza del bebé hacia la pelvis es un paso previo al momento de la dilatación. Además, lleva consigo una bajada del fondo uterino en estas semanas previas al parto.
¿Cuándo va a ocurrir la bajada?
Dicho descenso no tiene un momento exacto durante el embarazo. En algunas mujeres ocurre unas semanas antes de dar a luz, mientras que en otras puede tener lugar el mismo día del parto. Ambas situaciones son completamente normales y no deben preocuparnos. Cada barriga es distinta y hay muchos factores que pueden afectar para que se adelante o retrase este momento. Cada madre tiene una complexión física y una tonificación muscular abdominal particular, además de un número de embarazos previos distinto, por lo que el descenso será en distinto momento.
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Aunque ya hemos comentado que depende de muchos factores, lo que sí se ha comprobado es que las mujeres que ya han pasado por un parto previo suelen sufrir esta bajada más cerca del momento del alumbramiento. Al haber pasado ya por este proceso previamente, la pelvis necesita menos tiempo para ajustarse. Las madres primerizas, en cambio, pueden sentir esta bajada semanas antes del parto, ya que sus músculos pélvicos necesitan prepararse para el nacimiento mucho antes de que comience el parto.
Una ventaja de que ocurra antes la bajada de barriga es que será más fácil respirar para la madre y tendrá menor ardor de estómago, ya que estos dos órganos sentirán una menor presión. Para comprobarlo puedes poner tu mano debajo del pecho y verás que hay un hueco de unos cuatro dedos hasta el inicio de tu barriga. La principal desventaja es que se siente la necesidad de orinar más a menudo debido a la presión sobre la vejiga.