La mayoría de veces, nuestra vida se transforma debido a la pérdida, si bien no tiene porque empeorar a largo plazo. Es normal vivir la pérdida y darse tiempo.Y no hay pociones mágicas para que el dolor, la incertidumbre o la tristeza pasen más deprisa. Según cómo era nuestra relación, o cómo hemos vivido la enfermedad, si ha sido larga o repentina, viviremos nuestro proceso de recuperación y nuestra capacidad para continuar con una vida diferente a la planeada y con una misión nueva.
¿Porqué lloramos? ¿Qué es la pena?
Llorarás de una manera única. Los que están a tu alrededor pueden estar llenos de ideas sobre cómo se supone que debes sentirte y cómo no. Se puede decir que el dolor se presenta en etapas claras y que incluso se le puede dar un nombre para la etapa que supuestamente estarás atravesando.
Escucharás consejos como Sé fuerte, ¡Anímate! o Ahora tienes que seguir con tu vida; en lugar de ser alentada para permitir que tu dolor siga su curso natural. Es importante que tengas claro que, este es tu dolor, no el de ellos y que tienes el derecho y la obligación de mostrar lo que sientes. Puede que no creas todavía que esa persona realmente murió. Es posible que pienses eso incluso mucho tiempo después de su muerte. Tu mente puede estar confundida, tu pensamiento confuso. Puede que te resulte difícil concentrarte en casi todo. O tal vez puedas focalizar tu atención, pero solamente en pensar que esa persona murió, o cómo murió, o en vuestra vida juntos antes de morir.
La tristeza se manifiesta en nuestra salud
Las respuestas físicas a la tristeza también pueden aparecer. Puedes experimentar opresión en la garganta, pesadez en el pecho o dolor alrededor del corazón. Tu estómago puede estar molesto, junto con otros trastornos intestinales. Puedes tener dolores de cabeza, sofocos o escalofríos. Puedes sentirse mareado a veces, o temblar más de lo habitual, o encontrarte fácilmente sorprendida por cosas cotidianas. A algunas personas les resulta difícil respirar.
Puedes, además, experimentar cambios en tu comportamiento. Puedes dormir menos de lo que solías y despertarte a horas extrañas. O puedes dormir más de lo normal. Puedes tener sueños extraños o pesadillas aterradoras. Puedes volverte inusualmente inquieto, pasando de una actividad a otra, a veces sin terminar una cosa antes de pasar a la siguiente. O puedes sentarte y no hacer nada por largos períodos. Como cada persona vive las cosas a su manera, podemos decir que todas estas respuestas son normales. Para ayudarte en este período tan crucial, aquí tienes algunos consejos para llevar mejor la pérdida.
Ayudémonos a llevar mejor la pérdida
- Aprovecha para ver las cosas desde otro punto. Algunas personas pueden tomar la muerte de un ser querido como una forma de trabajar para mejorar su vida. Puede que tengas ganas de cuidarte mejor o empieces a buscar personas, espacios o terapias más espirituales. Cualquier camino será muy positivo de sobrellevar la aflicción.
- Permanece activa. Cuando se enfrentan a la tragedia, algunas personas buscan actividades para resolver para estar ocupadas y hacer frente a su dolor. Este puede ser un buen mecanismo de supervivencia.
- Apúntate al Altruismo. Muchas personas sienten un gran sentido de conexión con el mundo que les rodea después de la muerte de un ser querido y, como tal, puedes encontrar alguna forma de expresar tu amor por la humanidad a través de asociaciones o colaboraciones que te permitan alguna forma de mostrarlo.
- Únete a los rituales. Los servicios conmemorativos, los funerales y otras tradiciones ayudan a las personas a pasar los primeros días y honrar a la persona que murió. Solo estar en presencia de otras personas que conocían y apreciaban a tu ser querido puede ser reconfortante.
- Deja que tus emociones se expresen y se liberen. No dejes de llorar si alguien se acerca. No te preocupes si al escuchar alguna canción en especial o al hacer ciertas cosas, es doloroso porque te trae recuerdos de la persona que has perdido. Es natural sentirse de esta manera. Después de un tiempo, no es que la tristeza vaya a desaparecer, pero se vuelve menos doloroso.
- Habla sobre ello cuando puedas. A algunas personas les resulta útil contar la historia de su pérdida o hablar sobre sus sentimientos. Pero a veces una persona no tiene ganas de hablar de una pérdida, y eso también está bien. No deberías sentirte presionado para hablar. Incluso si no tienes ganas de hablar, encuentra maneras de expresar tus emociones y pensamientos. Empieza a escribir en un diario los recuerdos que tiene de la persona que has perdido y cómo te sientes desde la pérdida. O escribe una canción, poema o homenaje sobre tu ser querido. Puedes hacerlo de forma privada o compartirlo con otros.
- Conserva recuerdos. Para celebrar la vida de esa persona. Crea un monumento o homenaje a la persona que murió al plantar un árbol o un jardín, o ponle nombre a una caminata, o plato de cocina que os gustara compartir. Haz una caja de memoria o carpeta que tenga recuerdos dela persona que murió. Incluye recuerdos, fotos, citas o lo que quieras. Silo deseas, escribe una carta a la persona explicándole cómo te sientes ahora o quizás agradecerle haber formado parte de tu vida.
- Mantén equilibrado tu sistema nervioso y tu salud. Mantener el sistema nervioso bien equilibrado te ayudará a sentirte más conectada contigo misma y con tus emociones, además de hacer que tu cuerpo responda mejor a todo el estrés al que, en estos momentos, estás sometida. Es una buena idea tener un quiropráctico que te ayude y te ajuste. Así como pide consejo a tu nutricionista o naturópata por si es un momento óptimo para tomar vitaminas o suplementos naturales que te acompañen en la recuperación.
- Haz listas de nuevos proyectos. Cuando te sientas animada, haz listas de cosas que te gustaría hacer o aprender. Puede parecer que nunca volveremos a ilusionarnos, pero debemos entender que vivimos porque morimos, es como las dos caras de una misma moneda. No hay una sin la otra. Y aunque las personas hacemos planes a largo plazo y nunca contemplamos la posibilidad de perder a nuestros seres queridos, es natural que así ocurra.
El dolor y la tristeza de perder a quien amamos tiene muchas caras posibles y puede expresarse de muchas maneras diferentes. Eres una persona única, con tu propia personalidad, tus propias experiencias de vida, tu propia relación con la persona que has perdido y tu propio entendimiento de la vida y la muerte.
Por lo tanto, no debes compararte ni esperar un "dolor de talla única"; o un "dolor apropiado”, si no que puedes darte permiso para vivir las cosas como tú las sientas. Rodéate de personas con las que resuenes en este momento y cuando puedas, sal al mundo y vive. Te está permitido volver a reír y a disfrutar de tu propio camino. Y un día, lo conseguirás.
Articulo elaborado por Roser de Tienda, doctora quiropráctica.
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