Todos nos hemos sentido manipulados alguna vez. Seguro que, además, no ha sido una sino muchas las ocasiones en que alguien se ha aprovechado de nuestros sentimientos e incluso modificado nuestra conducta para servir a sus propios intereses. Cuando ocurre nos sentimos vacíos y tristes, puesto que la manipulación suele proceder de personas allegadas, amigos e incluso nuestra pareja.
Imaginaos por un momento que esa manipulación es profunda, nos afecta en todos los ámbitos de nuestra personalidad y se prolonga a lo largo del tiempo. Seríamos víctimas del llamado efecto Pigmalión, que en su vertiente negativa consiste en que alguien nos moldea según la creencia, interesada o no, que tiene de nosotros mismos. Nuestra experta terapeuta, Verónica Rodríguez Orellana nos explica hoy cómo puede influir Pigmalión en nuestra autoestima en general y en algún aspecto particular de nuestra personalidad.
¿De dónde viene el efecto Pigmalión?
Cuenta la mitología que Pigmalión fue un rey de Chipre que se enamoró de una escultura de marfil con forma de mujer que él mismo había esculpido. Su pasión era tal que pidió a Afrodita, diosa del amor, que le concediese una esposa que se pareciera a la estatua. Cuando volvió a su hogar, vio que la estatua había cobrado vida.
Si aplicamos esta metáfora a la vida real vemos a padres que convierten a sus hijos en lo que ellos hubieran deseado ser: doctores frustrados que obligan a sus hijos a estudiar la carrera de medicina o también progenitores que esperan que alguno de sus descendientes desarrolle la vocación artística que ellos no pudieron cultivar.
Además, en todas las sociedades grupos y familias por razones de tradición cultural se asignan roles o normas de comportamiento de las que se espera cumplimiento. De esta forma, se aguarda que el hijo mayor sea “el ejemplo para el menor” . También que la niña cumpla con ciertos estereotipos marcados por la familia o la sociedad a la que pertenece y, de igual modo, se está seguro de que los niños se van a comportar de determinada manera.
¿Cómo funciona?
La directora de coaching club, Verónica Rodriguez Orellana, recuerda el famoso experimento educativo realizado por Rosthental y Jacobson. El estudio se realizó en un colegio y consistió en hacer creer a un grupo de profesores que una serie de alumnos, elegidos al azar, habían sacado puntuaciones más altas que el resto en unos de test de inteligencia, por lo que estos tendrían mejores resultados.
Lo curioso del estudio es que unos meses después se comprobó que estos alumnos efectivamente habían tenido mejor rendimiento y buenos resultados. Los maestros habían creado grandes expectativas para ellos, de tal forma que su comportamiento se enfocó en que estos destacaran. Los alumnos a su vez, recibieron esas expectativas y condicionados por ellas, aumentaron su rendimiento.
¿Puedo luchar contra él si me afecta de forma negativa?
Las conclusiones que sacamos de este experimento son que de igual forma que opera en sentido positivo el efecto Pigmalión, también puede operar en el sentido inverso . ¡Cuántas personas que ahora mismo nos están leyendo se han dejado proyectos y sueños en el camino porque alguien les ha hecho creer que no valían para ello !
La buena noticia es que el efecto Pigmalión es, en cierta medida, reversible y si estuviste bajos sus efectos negativos puedes empezar a despedirte de ellos porque tienes a tu alrededor seguramente un montón de opciones en las que te puedes apoyar.
Una de ellas y que está en auge en este momento son los grupos de coaching en dónde se trabaja con este tipo de refuerzos “pigmalionicos “. En los grupos se trabajan pensamiento, cuerpo y emociones y son fundamentales para el desarrollo de la autoestima advirtiéndose cambios y mejoras.
Para terminar, te dejamos aquí el spot viral que ha conseguido mostrarnos en qué consiste el efecto Pigmalión y nos ha convencido de que podemos llegar a ser lo que nos propongamos y conseguir cuanto podamos soñar.
Artículo realizado en colaboración con la terapeuta Gestalt Verónica Rodríguez Orellana, Directora de Coaching Club.
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