La psicóloga Lindsay C. Gibson, experta en este tema, nos ayuda a identificar a estos padres que, sin ser malvados o negligentes, carecen de la capacidad para conectar emocionalmente con sus hijos.
1. El egocentrismo como protagonista:
Los padres emocionalmente inmaduros suelen ser egocéntricos y ensimismados. En las conversaciones, siempre dan prioridad a sus propias historias y experiencias, sin mostrar interés real en las tuyas.
2. La empatía brilla por su ausencia:
No son capaces de ponerse en tu lugar ni comprender tus sentimientos. Si tienes un desacuerdo con ellos, siempre tendrán la razón y jamás te darán la oportunidad de expresar tu punto de vista.
3. Las disculpas son una especie en extinción:
No asumen la responsabilidad de sus errores ni se disculpan por sus acciones. Prefieren culpar a los demás o negar la realidad antes que reconocer sus fallos.
4. Un encanto social que esconde frialdad:
Pueden ser muy populares y extrovertidos con los demás, pero contigo se muestran distantes y fríos. Les cuesta expresar emociones profundas y conectar íntimamente contigo.
5. El amor material como único lenguaje:
Te proveen de todo lo material que necesitas, pero fallan en la conexión emocional. Te pagan la universidad, te cuidan cuando estás enfermo, pero no saben cómo darte el apoyo emocional que necesitas.
Si has identificado algunas de estas señales en tus padres, es importante buscar ayuda profesional. Un psicólogo te ayudará a comprender la dinámica familiar y te dará herramientas para gestionar tus emociones y establecer límites sanos en la relación con ellos.
Recuerda que no estás solo/a en esto. Muchas personas han crecido con padres emocionalmente inmaduros y han logrado superar las dificultades que esto les ha traído. Con el apoyo adecuado, tú también puedes hacerlo.
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