España ha registrado un aumento en la edad de las madres que dan a luz. Entre los motivos primordiales que propician el aplazamiento de la maternidad, se encuentran la falta de estabilidad laboral y la ausencia de una pareja estable, según datos del INE.
Un número creciente de mujeres opta por aplazar la decisión de ser madres. Según los datos de Eurostat, España se ha convertido en el país de la Unión Europea con la mayor proporción de nacimientos por parte de mujeres que superan los 40 años de edad. La tendencia a retrasar la maternidad se ha visto impulsada por factores como la precariedad en el ámbito del trabajo, la falta de una pareja estable, los altos precios de la vivienda y las limitadas políticas para compaginar las responsabilidades laborales y familiares.
Los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística indican que el porcentaje de alumbramientos por parte de mujeres de 40 años o más ha experimentado un incremento del 19,3% en los últimos diez años. Este grupo representó el 10,7% del total de nacimientos el año pasado, en contraste con el registro del 2013, que fue del 6,8%.
Por otro lado, han disminuido un 26% los nacimientos por parte de madres menores de 25 años en la última década, conformando el 9,4% del total actualmente. Mientras que la maternidad tardía ha ganado terreno de manera considerable, la proporción de madres jóvenes ha descendido en el mismo período significativamente.
Además, de acuerdo con estadísticas del INE del 2022, en España el número de madres después de los 40 años superó al de aquellas cuya maternidad se produjo a los 27 años. Específicamente, se registraron 12.137 nacimientos de madres mayores de 40, en contraste con 10.887 alumbramientos por parte de mujeres de 27, revelando la tendencia de la maternidad tardía a superar a la maternidad temprana en el país.
Cabe destacar que, a nivel nacional, la edad promedio para ser madre en España permaneció en 32,6 años en 2022, registrando variaciones según la nacionalidad. Mientras que para las madres de nacionalidad española el promedio aumentó nueve centésimas respecto a 2021, ubicándose en 33,1 años, en el caso de las mujeres extranjeras la edad media para el alumbramiento se situó en 30,5 años, disminuyendo una décima.
Los riesgos aumentan a mayor edad
La ginecología Al Adib Miriam brinda atención a un considerable número de pacientes que han optado por ser madres hasta después de los 40 años de edad. La experta indica que la mayoría de sus pacientes que postergan la maternidad hasta esta etapa de sus vidas lo hacen debido a la inestabilidad laboral e incertidumbre, o porque muchas prefieren no renunciar a su carrera profesional luego después de los 30. Si bien reconoce que "los 40 años actuales no son iguales a los de antaño, por lo que no hay tanta prisa, y eso se percibe".
También apunta que la fertilidad disminuye con la edad y que, a partir de los 35, la reserva ovárica comienza a descender significativamente. A pesar de que se evidencia una falta de abordaje en este asunto, y en ocasiones se observan casos de mujeres conocidas que logran embarazos tras los 40 años, llegando incluso a los 50 en algunos casos, lo que hay que tomar en cuenta es que los ovarios envejecen al mismo ritmo que ocurría anteriormente. Por eso, sostiene que muchas mujeres no pueden lograr un embarazo con sus propios óvulos a partir de esta edad, sino mediante fecundación in vitro con óvulos donados.
Al Adib también señala que, una vez superados los 40 años, la probabilidad de que el embrión presente alteraciones cromosómicas como el síndrome de Down aumenta considerablemente, al igual que las posibilidades de un aborto espontáneo o padecer preeclampsia. Dependiendo de las situaciones individuales de cada persona, sostiene Al Adib, está en manos de cada cual determinar si optar o no por la maternidad en una etapa más avanzada de la vida, siendo conscientes de los riesgos incrementados que esta conlleva desde el punto de vista obstétrico.
Récord de fecundidad tardía en España
Aparte de ubicarse entre las naciones con la edad promedio más elevada para la maternidad, España también figura entre los países con las tasas de natalidad más bajas a nivel mundial, registrando un promedio de 1,16 hijos por mujer. Además, este indicador presenta variaciones según la nacionalidad: entre las mujeres extranjeras se mantiene en 1,35, mientras que entre las madres de origen español, la cifra desciende hasta 1,12.
En el contexto de la Unión Europea, únicamente Malta se sitúa por debajo de España, con un promedio de 1,08 hijos por mujer, en contraste con el 1,46 que representa el promedio europeo. Francia lidera la lista con la tasa de natalidad más alta: 1,79, según los datos de Eurostat correspondientes a 2022.
Según los datos provisionales más recientes del Instituto Nacional de Estadística, en 2023 España alcanzó un nuevo registro mínimo histórico en cuanto a nacimientos, con un total de 322.075, la cifra más baja desde el inicio de los registros en 1941. Esta cantidad representa una disminución de 6.629 nacimientos en comparación con 2022, lo que se traduce en una reducción del 2%. A partir de 2013, año en que se contabilizaron 424.440 alumbramientos, el número ha caído un 24,1%. El último año en que se evidenció un incremento en los nacimientos fue 2014, registrándose desde entonces un descenso anual ininterrumpido.
Falta de apoyo a las madres
Si bien el descenso continuo en la tasa de natalidad representa un desafío para el ámbito laboral, la atención a la dependencia y el financiamiento de las pensiones, las medidas de apoyo público resultan insuficientes para brindar un respaldo adecuado en las tareas de maternidad. No obstante, las iniciativas gubernamentales centrales y regionales orientadas a promover el incremento de la natalidad no logran proporcionar el sustento necesario para ayudar de manera efectiva en la crianza de los menores.
A pesar de las insuficiencias mencionadas, la nueva Ley de Familias anunciada recientemente por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 podría representar un avance. Entre las medidas contempladas se encuentra el establecimiento de una prestación de carácter universal por cada hijo, así como una mayor protección para las familias monoparentales. Si bien su entrada en vigor podría concretarse antes del verano, será determinante el respaldo que se consiga de las bancadas legislativas.
Desde la perspectiva de la Federación de Planificación Familiar (Sedra), organización enfocada en la atención a la salud reproductiva y sexual, se lamenta que en ciertas regiones del país, en lugar de impulsar políticas de natalidad más efectivas y garantizar la estructura laboral y la independencia económica necesarias para la crianza, se opte por "forzar la maquinaria de la maternidad".
Raquel Hurtado, subdirectora de Sedra, señala que propuestas como la del vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, lanzada a principios de 2023, sobre ofrecer a las mujeres abortistas la posibilidad de realizar ecografías 4D y escuchar el latido del bebé, son una manera de tratar a las mujeres como si carecieran de capacidad de decisión sobre sus propios cuerpos, desalentándolas de procesos que tienen claros o de los cuales ya han tomado una decisión.
Además, esta especialista subraya que es fundamental que las políticas de natalidad brinden a las mujeres que desean ser madres la seguridad de que cuentan con una estructura sólida para hacerlo.
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